En una reunión con su gabinete en el presidencial Palacio de Miraflores, dijo que algunos países están llamando a sus embajadores en Caracas tras la crisis provocada por la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de asumir las funciones de la Asamblea Nacional, aunque la sentencia fue retirada luego.
"Ahora algunos gobiernos de derecha están siendo presionados para que rompan relaciones con Venezuela. Muchos se dejan presionar, creen que al someterse al Departamento de Estado norteamericano lograrán el perdón divino", señaló.
Maduro cuestionó también a la Organización de Estados Americanos (OEA), que sesionó este lunes para analizar la situación en Venezuela, y dijo que si en 1961 fue etiquetada por Cuba como "Ministerio de Colonias" del imperio, ahora "se ha convertido en un tribunal de inquisición antivenezolano y antibolivariano".
Afirmó que en la OEA se dio un golpe de Estado, pues la sesión se realizó sin Bolivia ni Haití, que ocupan de manera respectiva la presidencia y vicepresidencia del Consejo Permanente, y bajo la dirección de Honduras.
"Se reunieron 13 países e impusieron a Honduras como presidente. ¿De dónde sacan a Honduras? Dieron un golpe a la institución interna de la OEA y dieron por aprobado un documento intervencionista, plagado de mentiras", dijo.
El Consejo Permanente aprobó por consenso una resolución que expresó su profunda preocupación por la "grave alteración inconstitucional del orden democrático" en Venezuela, y que declararon que "la separación e independencia de los poderes públicos es uno de los elementos esenciales de la democracia representativa".
Agregó que "las decisiones del Tribunal Supremo de Venezuela de suspender los poderes de la Asamblea Nacional y arrogárselos a sí mismo son incompatibles con la práctica democrática y constituyen una violación del orden constitucional", aunque esas resoluciones fueron anuladas.
Maduro sostuvo que la OEA tiene intenciones de intervenir en Venezuela y de “linchar” políticamente al gobierno, por lo que llamó a los venezolanos a la unión para rechazar esas pretensiones.
"Llamo a los movimientos sociales, a todas las fuerzas patrióticas. Sería vergonzante terminar gobernado desde el extranjero por gente sin escrúpulos, de mente atrasada, colonial, de clase dominante de derecha muy retrógrada que se deja envenenar por la ultraderecha golpista, convicta y confesa, de Venezuela", indicó.