"Yo soñaba que un día Petrobras y Pemex, sin renunciar a sus características y a su nacionalidad, pudieran unirse, quizá construir otra empresa para explorar otros mercados del mundo", comentó durante la 74 Convención Bancaria que se celebra desde ayer en el puerto de Acapulco, en el Pacífico mexicano.
Lula explicó que la propuesta de esta nueva compañía debe ser discutida por los Gobiernos, para "explorar petróleo en otras regiones del mundo, con mercados más competitivos y transformarse en empresas latinoamericanas más productivas, rentables y en las de mayor envergadura".
"Espero que esto sea posible", manifestó el exgobernante, quien ofreció una conferencia magistral, titulada "Desafíos globales para la resolución de la crisis financiera internacional y la experiencia de Brasil".
Recordó que en 1997, Petrobras rompió su monopolio y se convirtió en una empresa mixta con el 38 % de su capital en manos del Estado y el resto en manos privadas.
La petrolera, dijo, logró la mayor capitalización de la historia al obtener 70.000 millones de dólares en la Bolsa de Valores de Brasil y actualmente es una firma poderosa cuyo patrimonio pasó de 5.000 millones a 215.000 millones de dólares.
Agregó que Petrobras es una compañía moderna que cuenta con un centro de investigación y con la mayor tecnología de prospección para aguas profundas, lo que "no fue producto de la suerte, sino de la inversión".
Aunque Petrobras es mixta, en ella prevalecen los intereses estratégicos del país y el Gobierno participa en las decisiones, resaltó el ex jefe de Estado.
Después de que en 30 años no se construían nuevas refinerías, hoy Petrobras edifica cinco, apuntó Lula, quien destacó que la petrolera se ha convertido en un productor autosuficiente de gas natural y trabaja en el desarrollo de combustibles alternativos.
En ese sentido, señaló que entre las prioridades del Estado están garantizar la seguridad alimentaria de la población y desarrollar las fuentes de energía renovables.
También indicó que Brasil construye un tren de alta velocidad de 6.000 kilómetros y que están en proceso tres hidroeléctricas.
Recordó que el Estado juega un papel importante en la economía y no puede tener miedo a la iniciativa privada, sino establecer las reglas del juego para todos los sectores.
Convocó a los banqueros mexicanos a promover reuniones de negocios con los empresarios brasileños, para formar alianzas estratégicas que lleven a la creación de nuevas compañías "fuertes y competitivas".
Tras comparar el tamaño de las economías de ambos países y el flujo comercial bilateral, estimó que había "algo equivocado en la relación".
"No es posible que tengan una balanza de 7.000 millones de dólares", afirmó Lula, quien invitó a ambos países a establecer una política más osada y atrevida.
También los exhortó a ampliar su relación con las naciones suramericanas. "México debe mirar más hacia abajo del continente", indicó.
Sobre la crisis internacional, advirtió que aún no termina, por lo que consideró necesario mantener la vigilancia.
Además, manifestó, el Grupo de los Veinte (G-20 que agrupa a países ricos y emergentes) debe tomar medidas para evitar que los bancos vuelvan a caer en problemas, reforzar la supervisión y evitar que presten lo que no tienen.