Los líderes chinos pasan página tras Bo y preparan reunión comunista clave

Tras pasar página con la condena a cadena perpetua al exdirigente Bo Xilai, los líderes chinos se concentran ahora en el plenario del Partido Comunista del próximo noviembre, en el que se espera que se anuncien importantes reformas económicas.

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El presidente chino Xi Jinping.

El plenario, el tercero desde que el presidente Xi Jinping tomó las riendas del poder hace once meses, congregará ese mes a los 205 miembros del Comité Central para tratar la "discusión" de enmiendas a la Constitución y reformas económicas clave.

Entre ellas pueden figurar cambios en el sistema de permisos internos de residencia o "hukou", en el sector financiero, el sistema fiscal, los precios de la energía y las materias primas y el sistema burocrático, según los medios chinos.

El primer ministro chino, Li Keqiang, ya aludió a estas reformas en un discurso en el Foro Económico Mundial en Dalian (noroeste) a comienzos de este mes, cuando afirmó que "la reforma y la innovación proveen una fuerza infatigable de desarrollo al país".

Se trata de reformas de gran calado, que reclaman a gritos los mercados y que muchos analistas consideran imprescindibles para cambiar el modelo económico de China, basado hasta ahora mayoritariamente en las exportaciones, de modo que este país pueda garantizar un crecimiento estable en los próximos años.

En un régimen que gobierna mediante el consenso en la cúpula, el presidente Xi necesita que todas las alas del régimen den su apoyo. Y necesita mostrarse como un líder fuerte, que pueda marcar el camino al resto de su partido.

A esta circunstancia, sin duda, responde la sentencia inusualmente dura impuesta el domingo a Bo Xilai, antaño estrella ascendente del Partido.

La cadena perpetua que dictó el Tribunal Intermedio de Jinan (este de China) tras declararle culpable de corrupción, abuso de poder y malversación de fondos obedece, según los analistas, al deseo del régimen de probar que, como asegura, nadie está por encima de la ley, sobre todo en lo que respecta a delitos de corrupción.

La sentencia también castiga la actitud desafiante de Bo durante el juicio, quien rechazó aceptar los cargos.

Tras la condena a Bo, Xi sale claramente reforzado ante el Pleno de noviembre.

Muestra así al resto del partido que está dispuesto a hacer frente a sus oponentes y se deshace de un rival que -si hubiera recibido una sentencia menor y podido salir antes de prisión- habría podido causarle quebraderos de cabeza en el ala izquierda neo-maoísta del PCCh, donde Bo cuenta aún con simpatizantes.

A lo largo de los últimos meses, el nuevo presidente chino, que busca aún afianzarse en el poder, ha desarrollado una delicada estrategia hacia esa ala del partido.

Si, por un lado, convertía a Bo prácticamente en una cabeza de turco, por otro ha multiplicado sus guiños a la facción, al incorporar a su discurso consignas maoístas, como la actual "campaña de rectificación" que advierte contra, entre otros peligros, el de las ideologías extranjeras.

Al mismo tiempo, lanzaba una campaña contra los "rumores" en Internet que ha dejado decenas de detenidos, algunos de ellos prominentes voces liberales en China.

Pero si Xi ha tenido que escorarse hacia la izquierda para contentar a unos, también ha tenido gestos hacia el ala más liberal -al menos desde el punto de vista económico- del Partido.

El mero anuncio de las reformas en el tercer plenario ya tiene una carga simbólica: Fue también en un tercer plenario, el del XI Congreso del PCCh en 1978, en el que Deng Xiaoping marcó los inicios del proceso de reforma y apertura que llevó a China de un modelo rígidamente comunista a una economía de líneas capitalistas que ha convertido al país en la segunda potencia mundial.

Y el primer viaje de Xi fuera de Pekín tras su llegada al poder emuló el histórico periplo que Deng hiciera por el sur para defender las reformas económicas a comienzos de los noventa.

Aunque el presidente chino ha buscado hasta ahora granjearse -y tener a raya- a unos y otros, en noviembre, con las medidas que presente en el Plenario, dejará claras cuáles serán a partir de ahora las reglas del juego. (EFE)