Los judíos de origen marroquí celebran la Mimuna, día de la suerte y de la fe

Los judíos de origen marroquí celebran hoy el fin de la Pascua (Pésaj) y el regreso a sus mesas de los productos leudados o "jametz" con la tradicional Mimuna, en la que se desquitan de siete días de ayuno de pan comiendo dulces a base de harina, frutas, leche y miel.

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Fotografía de la oficina de prensa del Gobierno israelí mostrando al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu (2i), y su esposa Sara (2d), asistiendo la las celebraciones de la Mimuna en Or Akiva, Israel, este 1 de abril de 2013.

La celebración, de origen incierto, es una de las más arraigadas tradiciones en el mundo judeo-marroquí y en las últimas décadas se ha convertido también en una de las más populares de Israel.

"Después de siete días de Pascua, Dios nos ha dado un octavo, Isru Jag, para alegrarnos y demostrar nuestra fe en él", dijo a Efe José Chocrón, mientras cumplía, en un céntrico parque de Jerusalén, con la ritual barbacoa que tanto caracteriza esta fiesta.

Nacido en Melilla y emigrado a Israel hace una década, recordó que fue al octavo día del éxodo de Egipto -que los judíos recordaron durante una semana hasta ayer- cuando Dios partió el mar para los israelitas, prueba a su entender de que también la redención mesiánica llegará algún día.

Un mesías que los exégetas judíos prevén que llegará en el mes de la Pascua, Nisán, y quizás un día como hoy.

De esta fe, "emuná" en hebreo, puede derivarse el nombre de la fiesta, "Mimuna", que ha sacado a decenas de miles de judíos de ascendencia marroquí a los parques en todo el país.

Otras teorías apuntan a que proviene del término árabe "mimun" (suerte) o del padre del filósofo y médico cordobés Maimónides, Mimón Ben Yosef, fallecido en Fez un día como hoy en 1166.

"Hay muchas razones e interpretaciones porque es a la vez una fiesta religiosa, histórica, identitaria, cultural y social", subrayó Sima Cohen sin dar demasiada relevancia a la incertidumbre sobre su origen.

Frutas secos, cáscaras endulzadas, dátiles, mantequilla y, por supuesto, leche y miel, ambos símbolos de abundancia y alusión a la tierra de Israel, engalanaban hoy la copiosa mesa de esta marroquí que vive en Jerusalén desde su infancia.

"La barbacoa es una invención local por influencia de otras culturas judías, en Marruecos la Mimuna es sólo un día de visitas a la familia", aseguró.

Las celebraciones comenzaron al aparecer ayer las tres primeras estrellas en el firmamento, lo que oficialmente dio por terminada una fiesta en la que los judíos se abstienen de comer durante una semana cualquier producto leudado porque sus antepasados no pudieron esperar a que subiera el pan antes de abandonar Egipto.

El primer reencuentro con el "jametz" es la llamada "mufleta" o "trid", una fina oblea frita a base de harina, levadura y agua -luego endulzada con miel- que los anfitriones dan de comer, de su propia mano, a los invitados.

Otra interpretación apunta a que la "Mimuna" es una fiesta de hermandad y amistad para eliminar rencores que pudieron haber surgido durante la Pascua, dado que los judíos más observantes se abstienen de comer en casa de amigos y familiares que no respetan las estrictas reglas de limpieza.

Para eliminar la desconfianza, el cabeza de familia iba de casa en casa a desear una "buena salida de Pascua" y bendecir al prójimo con el tradicional "Terbejú wua Tesadú", síntesis judeo-bereber para expresar deseos de éxito, abundancia, prosperidad y felicidad.

Por ello, con las puertas abiertas de par en par, los judíos marroquíes reciben a lo largo de toda la jornada de hoy a familiares y amigos, aunque en Marruecos solía incluir también un elemento de convivencia y amistad con el vecino musulmán, que era invitado a compartir el primer pan.

"Había incluso intercambio de bandejas con el vecino", recuerda Cohen, que hasta el día de hoy suele vestir su tradicional kaftán marroquí para recibir a sus familiares, amigos y, reconoce, "a cualquiera que entre por la puerta".

Con un alto porcentaje de oriundos de Marruecos, la pequeña comunidad judía en España también suele celebrar la "Mimuna", pero lo hace únicamente la noche que concluye la Pascua con una ronda de visitas a casa de familiares y allegados más íntimos.

"Aquí en Israel ya nadie va de casa en casa así que ahora la celebramos con la barbacoa como el resto de la gente", se justifica la mujer de Cohen, Luisa, venezolana de origen sefardí.

Y es que la Mimuna ha acabado convirtiéndose en patrimonio de toda la sociedad israelí, un día en el que los judíos pasan del recuerdo "de la amargura (de la esclavitud en Egipto) a la dulzura de la mufleta con miel", reza un mensaje difundido por el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Tanto él como el presidente, Simón Peres, cumplieron anoche su ronda de visitas en cumplimiento de una tradición que ha hecho de la Mimuna una noche de ineludibles compromisos políticos.