A día de hoy, 9 centros hospitalarios de Wuhan acogen a los 1,459 pacientes que aún padecen la neumonía COVID-19, confirmaron a Efe fuentes oficiales.
La ciudad sigue protagonizando el apartado de pacientes en estado grave en China, con 493 de los 528 existentes en el país, según el último parte de las autoridades sanitarias.
La buena noticia es que 269 personas fueron dadas de alta en las últimas 24 horas, con lo que suman 46,002 hasta la fecha, lo que supone el 60.49 % de curados respecto al total de toda China.
Hoy se informó de que el lunes murió una persona en la ciudad, con lo que son 23 las que han fallecido durante la última semana.
No obstante, las autoridades siguen sin informar, un día más, de casos sospechosos, ni nuevos ni existentes, entre los 11 millones de residentes de la azotada capital provincial de Hubei.
WUHAN SUPERA EL COLAPSO SANITARIO
La mejoría de las cifras ha llevado a las autoridades a reabrir al público 61 hospitales que antes sólo trataban a pacientes de COVID-19, un número que se ampliará en cinco más los próximos días.
Según anunció el lunes un funcionario local, Li Tao, todos los pacientes de COVID-19 serán transferidos a hospitales "de alto nivel" para recibir tratamiento allí, con mejores medios, y evitar el colapso del resto del servicio sanitario de la ciudad.
Uno de los hospitales que aún recibe pacientes por coronavirus es el de Jinyitan, en el distrito de Dongxigu, donde siguen irrumpiendo coches adornados con pegatinas rojas que informan de que son los únicos autorizados para trasladar a personas que han contraído o superado la enfermedad.
Y aunque doctores llegados de otras provincias están ya regresando a sus lugares de origen tras haber peleado durante meses contra la enfermedad, en este hospital continúan trabajando sanitarios de Hunan, en el centro del país, confirma a Efe un doctor a la salida del centro, que mira al suelo, levanta la mano y niega cuando se le preguntan más detalles sobre la situación dentro.
EL HOSPITAL DE LI WENLIANG RETOMA LA NORMALIDAD
Mientras, los rótulos del Hospital Central de Wuhan, en el barrio de Hankou avisan de que la clínica está volviendo a la normalidad, pero "paso a paso y de forma ordenada".
"El hospital vuelve a recibir a pacientes de atención primaria, pero la gente tiene que registrarse en línea, y solo pueden ir al hospital cuando se les conceda cita con el doctor. Puede usar las plataformas Wechat o Alipay para este trámite", indica el cartel.
Este mismo hospital, que también realiza test de coronavirus en un cuarto designado a tal efecto, atendía hasta mediados de marzo a pacientes de COVID-19 como el oftalmólogo Li Wenliang, cuyo fallecimiento el 7 de febrero causó un auténtico terremoto en las redes sociales chinas.
Li fue reprendido por la Policía a principios de enero por "difundir rumores" tras alertar de la existencia de casos de una enfermedad similar al síndrome agudo respiratorio y grave (SARS) que finalmente resultó ser causada por el coronavirus.
"Al principio no podía creer que esa noticia fuera verdad. Me alegro de que al menos se investigase y la Policía se disculpase", comenta a Efe de forma anónima un wuhuanés que recuerda perfectamente la dureza del día en que murió.
El dolor por su muerte en China se entremezcló con la rabia por acallar lo que consideraban rumores en lugar de en evitar lo que se ha convertido en una crisis sanitaria mundial.
ESTUDIOS ALABAN LA CUARENTENA DE WUHAN
Entretanto, el doctor Hu Ke, director del segundo departamento de Medicina Respiratoria y de Cuidados Críticos del Hospital Popular de la Universidad de Wuhan, explicó a Efe los diferentes tratamientos utilizados como antivirales, tratamientos hormonales, de plasma e inmunológicos, trasplante de células madre, técnicas de oxigenoterapia y medicina tradicional china, entre otros.
"Nuestros tratamientos combinan una amplia gama de medicamentos, resulta difícil evaluar la eficacia de un sólo método", dice, y añade que, según su experiencia, la mayoría de los antivirales son "imprecisos" y que algunos tienen "efectos secundarios evidentes".
Sí está seguro de que la estricta cuarentena impuesta en Wuhan fue justa y necesaria, opinión que comparte un reciente estudio publicado por la Universidad China de Hong Kong.
"El confinamiento fue eficaz para contener el brote en sus primeras etapas y ayudó significativamente a reducir las tasas de infección en otros lugares", afirma este estudio, liderado por el investigador Yang Yang asociado a ese centro.
También asegura que las infecciones habrían sido "un 64.8 % más altas en otras ciudades fuera de la provincia de Hubei" si el Gobierno no hubiera cerrado la ciudad el pasado 23 de enero.
Yang, citado por la agencia estatal Xinhua, asegura que los resultados del estudio deberían inspirar a otros países en su lucha contra la enfermedad: "Tras poner en marcha medidas de control, las ciudades que adoptan un bloqueo más severo y prolongado aplanan la trayectoria ascendente del virus".
APERTURA DE BANCOS, COLAS EN SUPERMERCADOS
Entretanto, Wuhan continúa su paulatina vuelta a la vida normal y hoy podían verse ya colas en algunos supermercados así como en bancos abiertos -sobre todo locales- y servicios de correos.
En el Banco de Hankou espera hoy su turno Hu, preocupado por conseguir un certificado de depósito que necesita para su mujer.
"Pensé en hacer el trámite en línea, pero lo tiene que hacer ella y no está muy familiarizada con la banca por Internet", detalla.
Mientras, una cincuenta personas hacen cola en uno de los supermercados Walmart de la ciudad para recoger sus compras, ya que se ha reducido la cantidad de gente que puede entrar a un tiempo. "Hay que evitar las aglomeraciones, así que el sistema es bien sencillo. El aforo es limitado y hay que esperar a que alguien salga para que otro pueda entrar", explica a Efe Yu, una residente.
CONTINUAN LOS CONTAGIOS "IMPORTADOS" EN EL RESTO DE CHINA
Mientras, China sigue registrando contagios procedentes del exterior, los llamados "importados" -48 contabilizados hoy-, pese a haber puesto en marcha, el pasado sábado, un veto al acceso de extranjeros al país asiático, incluso si son residentes.
El número total de infectados diagnosticados en China desde el inicio de la pandemia es de 81,518, entre los que han perecido 3,305 personas y, por el momento, se ha dado de alta a 76,052 personas tras haber superado con éxito la enfermedad.