Su comunicado precisó que el objetivo es "disuadir a cualquier actor que busque escalar la situación o ampliar esta guerra".
El Pentágono ha movilizado para ello al portaaviones Gerald R. Ford y sus ocho escuadrones de ataque, además del crucero de misiles guiado USS Normandy y los destructores de misiles guiados Thomas Hudner, USS Ramage, USS Carney y USS Roosevelt.
"Los esfuerzos para mejorar la posición de Estados Unidos continúan, incluido con el rápido movimiento al teatro de operaciones de los (cazas) F-15, F-16 y A-10 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos para aumentar los escuadrones de combate existentes en la región.
Según el general Michael "Erik" Kurilla, comandante del Centcom, la llegada de esas fuerzas "es una fuerte señal de disuasión en caso de que cualquier actor hostil a Israel considere aprovecharse de la situación".
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, había avanzado el domingo que Washington también prevé proporcionar a corto plazo al Ejército israelí "equipos y recursos adicionales, incluidas municiones".
Y este mismo martes, el presidente, Joe Biden, prometió que su país dará a Israel todo lo que necesite para defenderse en respuesta al ataque que perpetró el sábado el grupo islamista Hamás y que ha provocado una escalada de violencia con centenares de víctimas mortales en ambos lados.
La cifra oficial de muertos en Israel supera los 900, aunque los cuerpos encontrados en las zonas liberadas hoy pueden elevar el número, y los heridos superan los 2,900, mientras que los intensos bombardeos sobre la Franja han dejado también 900 muertos y más de 4,500 heridos.