Es trabajadora, perfeccionista y muy meticulosa en la preparación de sus apariciones públicas, pero la nueva reina Letizia, de 41 años, tiene pendiente una asignatura importante: conectar con los españoles.
Podría pensarse que llegada a palacio desde la calle, con un pasado normal y una trayectoria profesional, tendría más opciones, pero los españoles la perciben fría y distante.
Su nivel de popularidad está muy lejos del de Máxima de Holanda, por ejemplo. La argentina, aunque no era de clase media, sí llegó a palacio sin sangre azul y en medio de la polémica por el pasado de su padre en la dictadura argentina. Las encuestas en Holanda muestran sin embargo que goza incluso de más popularidad que su marido, el rey Guillermo.
"Letizia es buena en los discursos ante grandes auditorios, en las distancias públicas, pero no en las cercanas. Eso en televisión es una debilidad grande porque se trata de un medio que se ocupa de las distancias cortas y que requiere proyectar complicidad y empatía", explica a dpa Paula Requeijo, doctora en Teoría de la Información.
Periodista hasta que se anunció su compromiso con Felipe, Letizia presentaba entonces el informativo principal de la televisión pública y conocía bien el medio desde dentro.
"Pero en las distancias cortas no sabe ser natural", concluye Requeijo. "La ciudadanía demanda hoy una cosa muy compleja desde el punto de vista de la comunicación: quiere que los líderes sean élites, que se salgan de lo normal, pero tambien poder identificarse con ellos", aclara. Y en eso tendrá que trabajar la nueva reina.
Porque acompañará a Felipe VI en la renovación de la institución a la que está llamado y en la recuperación de la popularidad de la Corona, hundida en los últimos dos años por los escándalos, especialmente el de corrupción en el que está imputada una de las hermanas de Felipe, la infanta Cristina.
Tras conocerse la abdicación del rey Juan Carlos, el pasado 2 de junio, todas las miradas se pusieron en el nuevo monarca, Felipe VI, de 46 años, y en su mujer.
La prensa internacional destacó sus atributos: tanto su belleza como su elegancia, que comparó con el de otras reinas o futuras reinas de las casas reales europeas, como Máxima o Kate Middleton, esposa del príncipe Guillermo de Inglaterra.
A la hora de definir su estilo, Letizia apostó casi siempre por los diseñadores españoles, con Felipe Varela como su favorito. Estos días, el mundo de la moda está en vilo por su futuro guardarropa, hasta ahora marcado por la sobriedad con algunos toques más modernos.
A su joyero llegan ahora como reina las valiosas piezas de la Familia Real española. Como la diadema con tres flores de lis que lució la reina Victoria Eugenia en su boda con el rey Alfonso XIII, en 1906, o el collar de perlas rusas que compró este monarca en la Rusa imperial para su esposa.
En su agenda oficial, el sitio de Letizia estará junto al del rey Felipe VI, pero también junto a organizaciones solidarias y proyectos de cooperación, siguiendo la estela marcada por la reina Sofía durante casi cuatro décadas.
Férrea defensora de su intimidad y la de su familia y algo reacia a un protocolo que le era ajeno hasta que llegó a la Casa Real, Letizia no tendrá más remedio que ceder a la hora de exponer ante los ciudadanos y los medios a sus hijas, de ocho y siete años. Especialmente en el caso de su primogénita, Leonor, la nueva heredera del trono, y la más joven de Europa. (DPA)