"Estamos dispuestos a mantener un diálogo igualitario con socios extranjeros para ayudar a las partes ucranianas a superar la crisis", afirmó Lavrov en Moscú, según la agencia Interfax.
"Pero no aceptamos los intentos de colocar a Rusia como una de las partes del conflicto", advirtió.
El ministro ruso volvió a acusar al nuevo gobierno de Kiev de haber llegado a poder mediante un golpe de Estado. Según Lavrov, resulta difícil mantener conversaciones bilaterales directas con Ucrania al estar influenciado el gobierno por nacionalistas radicales.