Una fuente del Ministerio de Interior de Irak dijo a Efe que "centenares de personas" intentaron cruzar el céntrico puente para acceder al interior de la Zona Verde y las fuerzas del orden "dispararon al aire", lanzaron gases lacrimógenos y bombas de sonido para dispersar a los manifestantes.
La misma fuente aseguró que hasta ahora no se han registrado víctimas mortales, aunque sí casos de asfixia.
Al mismo tiempo, decenas de manifestantes siguen concentrados en las cercanías de los puentes de Al Sank y Al Ahrar, adyacentes a Al Yumhuriya y que conducen al centro de Bagdad, donde se encuentran las sedes de algunos ministerios.
Las fuerzas de seguridad no permiten el acceso de las multitudes a los puentes y han establecido medidas "muy restrictivas", según la fuente de Interior, para proteger los edificios gubernamentales del centro de Bagdad, el epicentro de las protestas que se reanudaron el pasado 25 de octubre para pedir un cambio de Gobierno.
Las protestas en el país a principios de octubre dejaron casi 160 muertos por el "uso excesivo de la fuerza y el fuego real, así como la ausencia del control del disparo por parte de los uniformados", según un informe del Comité Ministerial Supremo iraquí, formado para investigar la muerte de civiles durante las manifestaciones.
En esta segunda oleada de protestas, las fuerzas de seguridad han vuelto a emplear fuego real para disolver las manifestaciones y, hasta el momento, se han registrado más de un centenar de muertes y alrededor de 6.000 heridos, según datos de la pública e independiente Comisión de Derechos Humanos iraquí.
Por este motivo, hoy la Embajada de Estados Unidos en Irak difundió un comunicado a través de Twitter en el que aseveró que "no existe un camino hacia adelante basado en la supresión de la voluntad del pueblo iraquí".
"Lamentamos la matanza y el secuestro de manifestantes desarmados, las amenazas a la libertad de expresión y el ciclo de violencia que está teniendo lugar. Los iraquíes deben ser libres de tomar sus propias decisiones sobre el futuro de su nación", apunta el comunicado.
Entre el 25 de octubre y el 4 de noviembre, la misión de Naciones Unidas en Irak (UNAMI) ha documentado al menos 48 casos en los que "manifestantes desarmados" han muerto por disparos durante las protestas que sacuden el país.
En un informe publicado ayer, la UNAMI destacó que estas personas fueron disparadas "durante protestas o cuando cometían actos de vandalismo, quema o intentos de irrumpir en oficinas gubernamentales o de partidos políticos".
Sin embargo, ninguno iba armado o representaba un peligro para la vida de nadie.
En total, desde el inicio de la actual oleada de manifestaciones, la UNAMI ha documentado 97 fallecidos.