Se trata de la cuarta ronda de contactos en la isla entre las dos partes -y la primera con el nuevo gobierno- en un intento de resolver las cuestiones pendientes y lograr un acuerdo sobre el monto de ayuda que Chipre necesita para salvar su economía, la tercera más pequeña de la UE.
Las conversaciones se habían roto el pasado noviembre debido a la negativa del anterior presidente, el comunista Dimitris Christofias, de atender algunas de las exigencias de la troika, como la privatización de empresas públicas.
Según informaron a Efe fuentes del Ministerio de Economía, uno de los grupos de técnicos tiene previsto mantener conversaciones con el Banco Central de Chipre para analizar los detalles sobre la auditoría externa sobre el supuesto lavado de dinero.
Dicha inspección ha sido una exigencia de la Unión Europea para tranquilizar a los socios comunitarios de Chipre de cara a obtener este mes luz verde para el programa de ayuda financiera al país.
Los expertos de la troika se reúnen también con siete organismos estatales de Chipre para evaluar sus activos, con la vista puesta en su privatización, algo a lo que el nuevo Gobierno de Chipre, dirigido por el conservador Nikos Anastasiadis, no pone impedimentos.
Chipre se convirtió el pasado junio en el quinto país en solicitar ayuda financiera a la troika para sanear principalmente su sector bancario, muy debilitado por el impacto de la crisis griega, dada su alta exposición a la deuda helena, cuya quita el pasado año le costó la pérdida de unos 4,500 millones de euros.
Los medios locales aseguran que la auditora internacional Pimco ha calculado las necesidades de financiación de Chipre en unos 17,500 millones de euros -casi equivalentes al 100 por ciento del PIB chipriota-, de los que unos 10,000 serían necesarios para la recapitalización bancaria, aunque los datos oficiales aún no se han hecho públicos.
El presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, consideró ayer que se logrará cerrar un acuerdo con Chipre este mismo mes.