"En pocos meses la comunidad internacional se reunirá en la conferencia de Río+20 para explorar nuevas formas de combatir la pobreza rural y promover el desarrollo sostenible", señala un comunicado de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"La producción de bioenergía realizada con responsabilidad y cuando sea conveniente, puede ofrecer a los agricultores y a la población rural la oportunidad de participar en la construcción de una nueva economía verde, y puede ayudar a contrarrestar los efectos de décadas de falta de inversión en el desarrollo de la agricultura mundial y las zonas rurales", señaló Alexander Mueller.
Pero el desarrollo de la bioenergía debe evitar que se debilite la seguridad alimentaria, destacó Mueller, Subdirector General de Gestión de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la FAO.
Otros motivos de preocupación son la deforestación debido a la conversión de nuevas tierras para producir cultivos bioenergéticos, así como las repercusiones en los pueblos indígenas.
"El desarrollo de la bioenergía necesita una gestión adecuada y cumplir con las metas sociales, como el desarrollo rural sostenible, los principios rectores deben ser la reducción de la pobreza y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria", añadió.
Financiado por el Ministerio Federal Alemán de Alimentación, Agricultura y Protección del Consumidor, el proyecto BEFSCI puso en marcha el estudio de la compleja relación entre bioenergía y seguridad alimentaria y ayuda a los responsables de las políticas a tomar decisiones informadas en relación con el desarrollo de la bioenergía, añade la nota.
El proyecto ha presentado una herramienta en internet para evaluar las repercusiones de los proyectos de bioenergía en la seguridad alimentaria; una recopilación de prácticas socioeconómicas que actualmente están aplicando los productores, las cuales proporcionan ejemplos de cómo el desarrollo de la bioenergía puede impulsar el desarrollo rural y fortalecer la seguridad alimentaria.
El proyecto también hizo un inventario de medidas de gestión y de políticas que pueden aprovecharse para hacer frente a repercusiones negativas en materia de seguridad social, alimentación y el medio ambiente a raíz de la producción de bioenergía.
Y se ha explorado la forma de incluir a más pequeños productores en las cadenas globales de valor de la bioenergía, refirió.
Además, un documento informativo del BEFSCI publicado hoy señala y analiza diversos instrumentos normativos que los gobiernos y los responsables de la planificación pueden utilizar para exigir o promover buenas prácticas en el ámbito de la bioenergía.