La falta de respeto a la vida humana siguen afectando a la población iraquí

La delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Irak aprovecha la conmemoración del 60º aniversario de los Convenios de Ginebra para destacar que las normas fundamentales del derecho de los conflictos armados siguen siendo tan importantes como siempre.

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Una mujer iraquí huye de la escena de un atentado con bomba

A pesar de la percepción generalizada de que el conflicto armado en Irak prácticamente ha concluido, la violencia generalizada y la falta de respeto por la vida humana siguen afectando a la población iraquí. Aunque el número de muertos y heridos registrado este año ha disminuido en comparación con 2006 y 2007, la violencia sigue marcando la vida cotidiana de los iraquíes. Esta situación plantea la preocupación de que las personas en Irak y en otros lugares terminen por aceptar este alto nivel de inseguridad como algo "normal" e inevitable.

Cada mes, las explosiones masivas y atentados indiscriminados causan 500 muertos y 2,000 heridos como promedio, principalmente en las gobernaciones de Bagdad, Ninewa y Diyala. Los civiles son las principales víctimas de estos incidentes, que generan un clima generalizado de inseguridad, ya que basta con estar en el lugar inadecuado, en el momento inoportuno.

Las mujeres temen por sí mismas y por sus familiares cada vez que salen de su casa para ir al mercado o acompañar a sus hijos a la escuela. Los atentados indiscriminados constantemente destruyen o causan daños graves a los comercios, lo cual a menudo deja a muchas familias sin su única fuente de ingresos.

El derecho internacional humanitario fue concebido para limitar los efectos de los conflictos armados y proteger a las personas que no participan o que han dejado de participar en las hostilidades. Éste es uno de los objetivos fundamentales de los cuatro tratados internacionales conocidos como los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, adoptados hace hoy exactamente 60 años. Este aniversario es una ocasión adecuada para recordar que siempre hay que distinguir entre los combatientes y las personas que no participan en las hostilidades.

A través de estos testimonios, los hombres y mujeres iraquíes explican la forma en que los acontecimientos recientes han afectado su vida y la de sus familiares. Estas dolorosas historias muestran que las actuales condiciones de seguridad y las consiguientes necesidades en el plano humanitario siguen afectando a numerosos hombres y mujeres iraquíes, que afrontan un futuro incierto.

Quisiéramos aprovechar la ocasión del 60º aniversario de los Convenios de Ginebra para resaltar que las normas fundamentales del derecho de los conflictos armados siguen siendo tan importantes como siempre, y que hay que proteger a los civiles iraquíes de los efectos de las hostilidades. Si se respetasen esas normas, se ahorrarían graves sufrimientos a la población.