La dependencia europea de la energía rusa

La crisis en Ucrania no sólo genera para Occidente un conflicto político. La Unión Europea (UE) tiene una gran preocupación en cuanto al suministro de energía, un tema que será prioritario en la cumbre que hoy reúne en Bruselas a los jefes de Estado y de gobierno de los 28 países que conforman la UE.

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Reino Unido advirtió en un documento de trabajo a los participantes de la cumbre que finaliza mañana viernes, que Europa no debería depender de un número limitado de fuentes de energía y de la presión externa.

Europa depende de la importación de energía rusa: la UE percibe de Moscú un tercio de su importación de petróleo (35 por ciento) y de gas natural (30 por ciento), respectivamente, según la comisión de la UE.

El Ministerio de Relaciones Exteriores estima que la participación rusa del gas en Europa es incluso del 45 por ciento.

También con los combustibles fósiles sólidos como el carbón o la turba Rusia lleva la delantera con el 26 por ciento de las importaciones, según la Comisión Europea, cuyas últimas cifras son del año 2011. Y "nuestra dependencia aumentará en las próximas décadas", asegura un diplomático.

El Reino Unido insiste por ello en el apoyo europeo para la polémica extracción de gas de esquisto. En Europa, la extracción del hidrocarburo en estado gaseoso (el "fracking") está muy poco desarrollada, en marcado contraste con Estados Unidos. Londres quiere promover esta extracción, especialmente en Polonia. Los ecologistas, sin embargo, temen una contaminación de las aguas subterráneas.

Sin petróleo, gas y combustibles sólidos de Rusia, Europa se vería en un serio problema, ya que de estas tres fuentes de energía la UE recibe las tres cuartas partes de su consumo total.

Sólo una décima parte provino en 2011 de fuentes renovables. "Afortunadamente, ahora tenemos el verano por delante y no el invierno", dijo con cierto optimismo un diplomático de la UE antes de la cumbre. (DPA)