Uno de los miembros del comité organizador de esta reunión, el arzobispo de Chicago (Estados Unidos), Blase J. Cupich, declaró que la reunión será "un momento crucial" y "un punto de inflexión" en la Iglesia para que tome conciencia de su responsabilidad.
Pero también agregó que no hay que "hinchar" las expectativas de lo que se conseguirá, porque no se va a acabar con los abusos en tres días, pero que "hay que centrarse en esta primera tarea".
Cupich afirmó que durante estos cuatro días se tiene que insistir en la "responsabilidad de los obispos" y en la "transparencia", y que al volver a casa todos los participantes se den cuenta de que están "ante una encrucijada" y que es necesario "rendir cuentas".
Por su parte, el también miembro del comité organizador y secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el maltés Charles Scicluna, subrayó la necesidad de que "se rompa con el código de silencio, con la complicidad y con la negación, porque la vedad es lo que realmente cuenta".
El moderador de la reunión, el exportavoz vaticano Padre Lombardi, también dio hoy los números y el programa de esta inédita reunión, en la que participarán unas 190 personas, entre ellos 114 presidentes de Conferencias Episcopales de todo el mundo, diez representantes de las congregaciones masculinas y diez de las femeninas, los jefes de varios dicasterios (ministerios vaticanos) y expertos.
La cumbre será precedida por una reunión que el comité organizador mantendrá con un grupo de una docena de víctimas, entre ellas el español Miguel Hurtado, quien denunció al monje de Montserrat Andreu Soler, así como el chileno Juan Cruz, entre otros.
Algunas víctimas, de las que el Vaticano no ha querido facilitar ni número ni nombre por privacidad, también participarán en estos días en las reuniones en el Vaticano.
La reunión comenzará con algunos vídeos de los encuentros que los presidentes de las Conferencias Episcopales han mantenido con algunas víctimas durante estos días, aunque no se facilitó el dato de cuántos han mantenido reuniones con los supervivientes.
La cumbre comenzará el día 21 con unas breves palabras del papa y después intervendrán cada día los relatores -serán diez en total-, entre ellos tres mujeres, la periodista mexicana Valentina Alazraki, que hablará de la importancia de la comunicación; la monja nigeriana Veronica Openibo y la subsecretaria del dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, Linda Ghisoni.
Por la tarde, se formarán grupos de trabajo para analizar las experiencias de cada cultura, país o personales en casos de abusos a menores.
El primer día estará dedicado al tema de la responsabilidad de los obispos en casos de abusos; en el segundo se abordará la llamada "accountability", la rendición de cuentas por parte de cada uno de los miembros de la Iglesia, y la tercera jornada estará dedicada a la responsabilidad.
Como ya se había adelantado, de esta reunión no saldrá ningún documento, ya que lo que se pretende es una mayor conciencia del problema.
Pero el comité organizador continuará el seguimiento del tema tras la celebración de la reunión.
El papa Francisco afirmó hoy en Twitter que quiere que el encuentro sobre la protección de los menores en la Iglesia sea un "acto de fuerte responsabilidad pastoral ante un desafío urgente de nuestro tiempo".
Las palabras de conclusión de Francisco se escucharán durante la misa al final de la reunión que se celebrará en la Sala Regia del palacio apostólico.