Kirchner exime de guardar secreto a histórico ex espía en caso Nisman

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, eximirá de guardar secreto al histórico ex espía Antonio Stiuso para que pueda testificar en la causa que investiga la dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman, con la que el gobierno sugirió que puede estar relacionado.

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Un juez que investiga negocios hoteleros de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, denunció que fue amenazado de muerte, en medio de la conmoción que persiste por la muerte no aclarada de un fiscal.

El actual jefe de la Secretaría de Inteligencia (SI), Oscar Parrilli, afirmó hoy que remitirá una orden a la Justicia para que el ex agente quede exento de la obligación de guardar secreto desde 1972, cuando ingresó al espionaje, hasta el pasado 5 de enero, "cuando obtuvo la jubilación ordinaria".

Stiuso, de 61 años y con más de 40 en el espionaje, era una de las principales fuentes de información del fallecido Nisman, el fiscal que encabezaba la investigación de la voladura de la mutual judía AMIA en Buenos Aires en 1994, el peor atentado en la historia del país con 85 muertos y cientos de heridos.

El fiscal denunció el 14 de enero a Fernández de Kirchner, a su canciller, Héctor Timerman, y otros dirigentes kirchneristas por supuesto encubrimiento a los sospechosos iraníes del atentado a la AMIA.

La grave acusación fue desestimada por el gobierno, pero también por la Justicia y varios juristas, que cuestionaron la solidez de las argumentaciones del fallecido fiscal, que incluso llegó a analizar el pedido de arresto de los acusados, algo que al final no pidió a la Justicia.

Nisman iba a ir al Parlamento el lunes 19 de enero para detallar su explosiva denuncia y dar pruebas, pero el día anterior fue hallado muerto, con un disparo en la cabeza y en el baño de su departamento. El funcionario tenía custodia para su seguridad y el desempeño de sus custodios también está bajo la lupa.

La Justicia investiga las circunstancias del fallecimiento del fiscal, cuya familia manifestó que no cree que se haya suicidado. El gobierno primero abonó la hipótesis que se había quitado la vida. Luego dio marcha atrás.

Fernández de Kirchner dijo que está "convencida" de que no fue un suicidio y que todo es una operación contra su gobierno. Nombró a Stiuso y habló de la SI, cuya cúpula fue removida por ella en diciembre, cuando fueron excluidos agentes de inteligencia con décadas de servicio.

Fue ahí cuando asumió Parrilli, hombre de confianza de la presidenta, al frente del organismo de espionaje interno y externo. Según trascendió, el nuevo jefe de la SI le pidió la renuncia a Stiuso en diciembre y habrían acordado que se jubilara el 5 de enero. (DPA)