"Veo que los palestinos continúan provocando, creando crisis artificiales, evitando y huyendo de decisiones históricas necesarias para alcanzar una verdadera paz", dijo Netanyahu a Kerry en Jerusalén.
"Puede hacerse", afirmó sin embargo Kerry, en un intento por tranquilizar a las partes, a las que instó a mantener su compromiso de evitar acusaciones y comentarios públicos y de "negociar de forma privada, secreta y discreta".
"Tenemos por delante seis meses en el calendario que establecimos y confío en que tendremos la habilidad para hacer progresos", afirmó ante la prensa Kerry.
El jefe de la diplomacia estadounidense se reunió por la tarde en Belén con el presidente palestino, Mahmud Abbas, en un encuentro en el que Kerry prometió 75 millones de dólares (55,5 millones de euros) adicionales en ayuda para proyectos palestinos de infraestructura.
A pesar del optimismo de Kerry, la prensa israelí asegura que el proceso de paz, retomado en julio gracias a la intermedicación de Washington, se encuentra en un punto muerto.
Los últimos días el gobierno palestino ha mostrado su indignación después de que Israel abriese la licitación para la construcción de al menos 1,900 viviendas en Jerusalén Este y Cisjordania, poco antes de la visita de Kerry.
El Ejecutivo de Netanyahu asegura que lo hizo como contrapartida por la reciente liberación de presos palestino y que se está manteniendo "escrupulosamente" dentro del marco de las negociaciones, que no incluyen como condición previa la congelación de los asentamientos.
Entre los puntos complicados de las negociaciones está el futuro de Jerusalén Este y del valle del Jordán, que conforman el 40 por ciento del territorio de Cisjordania y en los que Israel quiere mantener una presencia militar tras alcanzar un eventual tratado de paz.
El lunes, Abbas aseguró que no "cedería ni un milímetro" de Jerusalén Este, que considera la capital del futuro Estado palestino, y que tampoco accedería a que el valle del Jordán siga bajo control militar israelí.
Un asesor de Abbas, Nimr Hammad, apuntó que el gobierno palestino no dejaría las negociaciones, pero aseguró que se espera que Kerry sea más enérgico en sus denuncias sobre la construcción de asentamientos judíos en territorio ocupado.
"Estados Unidos debería tener al menos una posición similar a la de la Unión Europea. Debería enviar un fuerte mensaje a Israel sobre los asentamientos", dijo Hammad en declaraciones a una cadena de radio.
Por otro lado, podría generarse un nuevo obstáculo a las conversaciones de paz a partir de que el ex ministro de Exteriores israelí Avigdor Lieberman fuera declarado inocente hoy en un juicio por presunto fraude y abuso de confianza. Se da por hecho que Lieberman, férreo opositor al proceso de paz, volverá al Ministerio de Exteriores y que impulsará a las fuerzas más de derechas del gobierno de coalición de Netanyahu.
Kerry llegó a Tel Aviv en la tarde del martes, y nada más aterrizar visitó un monumento en memoria de Itzhak Rabin, ubicado en el lugar donde el ex primer ministro fue asesinado el 4 de noviembre de 1995 por un extremista judío que se oponía a sus intentos de conseguir la paz con los palestinos.
"Han pasado 18 años desde aquel momento y está claro que necesitamos voces dispuestas a entonar alto un canto de paz, con valentía y con la misma determinación que el primer ministro Rabin mostró en su búsqueda de la paz", dijo Kerry.
"Puedo prometer a los israelíes que Estados Unidos estará al lado de Israel en cada paso del camino", agregó.
Kerry volverá a reunirse hoy con Netanyahu y con el presidente israelí, Shimon Peres.