Durante un día declarado festivo, los electores acudirán a las urnas para votar al jefe del Estado, a los diputados, a los senadores y a los gobernadores y representantes locales.
Los 14.3 millones de votantes kenianos registrados podrán ir, entre las 06:00 y las 18:00 horas (03:00 y 15:00 hora GMT), a uno de los más de 30.000 colegios electorales distribuidos en todo el país.
El proceso estará vigilado por unos 99,000 agentes de seguridad, quienes velarán por que las votaciones discurran sin altercados y los comicios sean libres, pacíficos y justos.
Las votaciones contarán con la vigilancia también de numerosas misiones de observación electoral nacionales e internacionales (habrá unos 26,000 observadores desplegados), entre ellas de la Unión Europea (UE), de la Unión Africana (UA) y del estadounidense Centro Carter.
Los principales candidatos presidenciales son el actual primer ministro, Raila Odinga, del Movimiento Democrático Naranja, y el viceprimer ministro y ex titular de Finanzas, Uhuru Kenyatta, líder de La Alianza Nacional.
Odinga encabeza casi todas las encuestas pero con una escasa ventaja sobre Kenyatta, hijo del primer presidente de Kenia, Jomo Kenyatta, considerado el "padre de la patria".
El actual presidente, Mwai Kibaki, que ha pedido a sus compatriotas votar en paz para evitar repetir los disturbios postelectorales de 2007-2008, no concurre a los comicios al haber agotado los dos mandatos que estipula la Constitución.
Kenyatta y su aliado político, el diputado y exministro William Ruto, están imputados por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes contra la humanidad supuestamente cometidos durante la violencia postelectoral de hace un lustro.
Tras las polémicas elecciones de diciembre de 2007, Kenia sufrió una oleada de violencia que se extendió durante los dos primeros meses de 2008, y dejó unos 1,300 muertos y cientos de miles de desplazados.
Esos sucesos se produjeron principalmente entre los partidarios del presidente, Kibaki -de la tribu mayoritaria, kikuyu, a la que pertenecen el 20 por ciento de la población-, y que se proclamó vencedor de los comicios, y Odinga, que reclamó para sí la victoria.
La violencia postelectoral, de tintes tribales, se frenó con la firma de un acuerdo el 28 de febrero de 2008 que daría lugar a la creación, en abril de ese año, de un Gobierno de unidad nacional en el que Odinga -de la tribu lúo- ocupó el cargo de primer ministro (creado ah hoc), mientras que Kibaki mantuvo la Presidencia.
Está previsto que el escrutinio final de todos los comicios se conozca, a más tardar, el 11 de marzo, aunque el resultado de las presidenciales será el primero en publicarse, y podría saberse antes del día 6.
Las presidenciales son las únicas de las seis elecciones simultáneas en las que el candidato vencedor necesita una mayoría absoluta (50 por ciento de los votos más uno) y contar con más del 25 por ciento de apoyo en al menos 24 de los 47 distritos del país para evitar una segunda ronda electoral.
En caso de que ninguno de los aspirantes logre la mayoría absoluta (los sondeos descartan por completo una victoria en primera ronda), la segunda vuelta está prevista para el próximo 11 de abril.