La mayoría demócrata de la Cámara de Representantes y del Senado arrolló a la minoría republicana para aprobar en febrero el paquete de rescate financiero por 787 mil millones de dólares, que sirvió de base a la estrategia de la Casa Blanca para apuntalar a la economía.
Aunque ningún republicano votó a favor del plan de rescate financiero en la Cámara Baja y sólo tres lo hicieron en la Cámara Alta, la aprobación del plan fue vista como un triunfo político para Obama y expresión de la fuerza demócrata en el Capitolio.
"Este debate no es sobre filosofía política, es sobre cómo dar ayuda inmediata a millones de familias y pequeños negocios que luchan por sobrevivir en estos duros tiempos económicos", sentenció el legislador demócrata de Nueva York, Charles Rangel.
Pero a pesar de las declaraciones de Rangel, el papel del Congreso no ha estado exento de controversia, toda vez que la aprobación de las iniciativas económicas ha incluido asimismo medidas clientelares de interés para la base demócrata.
El paquete de estímulo incluyó por ejemplo la polémica cláusula "Compre Americano", que prohibió la compra de acero y hierro extranjeros en proyectos financiados con dinero del plan.
Aunque la versión final diluyó su contenido, a petición de la Casa Blanca, a fin de que sea aplicada "de manera consistente con las obligaciones de Estados Unidos con acuerdos internacionales", la cláusula generó reacciones de rechazo de Canadá y México.
En marzo Obama promulgó por su parte la ley de gastos del año fiscal 2009, una de cuyas disposiciones bloqueó los fondos federales para financiar el programa piloto de acceso a Estados Unidos de los camiones domiciliados en México.
"Ninguno de los fondos asignados bajo esta ley pueden ser usados, directa o indirectamente para establecer, implementar, continuar, promover o permitir un programa demostrativo. para permitir a camiones de México operar más allá de la zona comercial", establece la ley.
En represalia, el gobierno mexicano implementó la aplicación de aranceles compensatorios por 2.4 mil millones de dólares a exportaciones estadunidenses a México. El asunto sigue sin una solución definitiva.
Otras de las iniciativas aprobadas por el Congreso para impulsar la recuperación económica han sido menos controversiales, como el exitoso programa "Efectivo por Carcachas", que oxigenó las ventas de la industria automovilista de Estados Unidos.
Aprobado con un presupuesto de tres mil millones de dólares, el programa generó la venta de 700 mil automóviles y logró que por primera vez en meses las armadoras estadunidense contrataran trabajadores para abastecer la inédita demanda.
"Los consumidores y trabajadores estadunidenses fueron los claros ganadores", proclamó Ray Lahood, secretario de Transporte.
"Las plantas aumentamos turnos y volvieron a llamar a los trabajadores, los salones de exhibición moribundos fueron revividos y los consumidores compraron autos de energía eficiente que les ahorrarán dinero y mejorarán el ambiente", añadió el funcionario.
Se estima que más de 42 mil empleos serán creados o salvados en la segunda mitad del año, gracias en parte al exitoso programa.
Desde el año pasado, antes de la toma de posesión de Obama, el legislativo estadunidense había adoptado un papel central en el rescate económico de Estados Unidos, con la aprobación de sucesivos recursos para salvar de la insolvencia a los mercados financieros.
Casi un año después del rescate federal de los bancos más grandes de la nación, los contribuyentes estadunidense comenzaron a ver las ganancias de los cientos de miles de millones de dólares en ayuda que muchos economistas daban por perdidos.
De acuerdo con cálculos compilados por The New York Times, el tesoro estadunidense ha tenido ganancias por cuatro mil millones de dólares gracias a los cobros con intereses a los ocho principales bancos de Estados Unidos.
El diario advirtió no obstante que el gobierno federal enfrenta aún el riesgo potencial de grandes pérdidas debido a su rescate de la aseguradora AIG, de las hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae y de las armadoras General Motors y Chrysler.
Pero algunos como el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, consideran que Estados Unidos ha registrado una mejora de su situación económica en los últimos meses.
"Después de contraerse agudamente a lo largo del año pasado, la actividad económica parece estar estabilizándose, tanto en los Estados Unidos como en el exterior. Las perspectivas de un regreso al crecimiento en el corto plazo parecen buenas", subrayó.
Entre los indicadores positivos, Bernanke enumeró el funcionamiento normal de los mercados de financiamiento de corto plazo, la emisión de bonos corporativos, la recuperación de los títulos accionarios y la baja en las tasas hipotecarias.