Así lo confirmó a dpa el español Amado Phillip de Andrés, representante regional para Centroamérica y el Caribe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), en alusión al acuerdo concretado este viernes con el gobierno panameño, que comenzará a regir en marzo.
El componente Unodc del proyecto se enfoca en el fortalecimiento del Ministerio Público, la creación de un Centro de Excelencia en Estadísticas sobre Drogas y Delito, el apoyo a la reforma del Sistema Penitenciario en Panamá y el establecimiento de una plataforma nacional de inteligencia.
De Andrés señaló que los países latinoamericanos con un crecimiento económico anual superior al siete por ciento (Brasil, Ecuador, México, Panamá y Perú) atraen grandes inversiones, pero también a grupos de narcotraficantes que rediseñan constantemente sus operaciones para captar a personas con poder adquisitivo.
Indicó que hay evidencias de que el público objetivo de las drogas sintéticas en la región, junto a la cocaína, la heroína y el éxtasis, es el de 17 a 24 años de edad, lo que debe ser mejor estudiado por organismos de lucha contra el crimen. “Hay que mirar las nuevas tendencias”, resaltó.
Se estima que hay unas 259 sustancias adictivas de origen sintético que no figuran en las listas de las convenciones de Naciones Unidas, por lo que los expertos abogan por un seguimiento al origen, comercialización y destino de las nuevas drogas y su influencia en la guerra entre pandillas.
De Andrés advirtió que una de las sustancias adictivas más peligrosas es “Krokodil”. Una dosis de esa droga cuesta entre tres y cinco veces menos que una dosis de heroína y su elaboración requiere una infraestructura mínima, respecto a los grandes laboratorios que procesan la hoja de coca.
Sin embargo, “en siete tomas, Krokodil se come la piel de la persona que la ingiere”, acotó el experto.
Otra sustancia detectada en el mercado regional es la “Ketamina”, una droga con potencial alucinógeno, derivada de la fenciclidina, utilizada originalmente en medicina por sus propiedades analgésicas y como tratamiento en pacientes con trastorno bipolar.
Los componentes activos de las drogas sintéticas provienen de Asia y algunos están clasificados como fertilizantes, debido a su uso en la agricultura. El problema es que cada dos semanas, los fabricantes pueden cambiar la composición química del producto.
De Andrés dijo que difiere de la idea de legalizar las sustancias adictivas. Estimó que si Guatemala ejecuta la propuesta de la despenalización de la droga, ese país centroamericano se convertiría en el primer productor mundial de amapola, con unas 14.000 hectáreas sembradas de esa planta de la que se obtiene la cocaína.
El representante regional de Unodc planteó que la mejor respuesta en la lucha contra la droga es el desarrollo de la prevención y la cooperación entre los países.