Se consultó a cuatro menores, de entre 14 y 16 años. Les mantenían en condiciones precarias y les obligaban a ver videos de decapitaciones y ataques del grupo extremista.
Durante cuatro meses, estos muchachos y otros casi 150 estuvieron en manos de los combatientes.
El 29 de mayo pasado unos 250 adolescentes kurdos fueron capturados cuando regresaban a casa en Kobane, tras realizar los exámenes escolares en Alepo. Las chicas fueron liberadas poco después y los jóvenes (153) fueron llevado a una escuela en la ciudad de Manbish.
Según testigos, allí se les pegó con un cable eléctrico en las manos, la espalda y las plantas de los pies, sobre todo cuando se portaban mal, relató un muchacho de 15 años a HRW.
"Un muchacho que dijo 'madre mía' cuando fue capturado en la habitación de otro grupo fue colgado de las manos por detrás de la espalda y tenía un pie atado a las manos. Le dijeron que tenía que llamar a Dios, no a su madre", reveló otro muchacho.
Algunos de los jóvenes consiguieron huir, pero el resto fue liberado por etapas hasta que el 25 de octubre pasado quedó en libertad el último grupo.
Según los cuatro muchachos que entrevistó HRW, los guardias de la escuela de Manbish pegaban a los menores que intentaban escapar, no aprendían bien las lecciones de religión o hacían algo que los secuestradores percibían como mal comportamiento.
Señalaron además que los niños con pariente entre las Unidades de Protección Kurdas (YPG) eran tratados peor. "Los cuatro niños señalaron que no se explicaban la razón de su liberación. Les dijeron que había finalizado el entrenamiento religioso. Se les dio 150 libras sirias (1 dólar), un DVD con material religioso y se les dejó marchar", indicaron.
En tanto, en la vecina Irak, la página de noticias en kurdo Rudaw, informó el lunes en base un funcionario del gobierno que el gobierno regional kurdo pagó 1.5 millones de dólares para comprar la libertad de 234 miembros de la minoría yazidí en manos de los extremistas. (DPA)