"Si no tomamos medidas, pagaremos un enorme precio", señala Asscher en una entrevista que hoy publica el diario De Volkskrant, al tiempo que considera que en su país "la integración cultural está fracasando".
El ministro, que ya envió al Parlamento el martes un documento con esa propuesta, agrega que "se está retrocediendo en los términos en que se mira a los homosexuales, los judíos y las mujeres. Tenemos que tener claro que lo que hace a esta tierra grande es la libertad de ser uno mismo".
Subrayó también en sus declaraciones a ese medio que Holanda tiene una política de integración "cálida y cuidadosa" que es igualmente "firme y clara".
La firma de ese "contrato de participación", que tendrían que firmar también los ciudadanos de la UE que eventualmente se instalasen en Holanda, incluiría el acatamiento de la Constitución neerlandesa y de sus leyes, y, según el ministro, haría que los inmigrantes conocieran mejor las normas y valores del país.
Según dijo el ministro al diario, la firma de ese documento se produciría en el momento en que los extranjeros procedan a registrarse con las autoridades locales, aunque no aclaró si ello sería un requisito para realizar ese trámite.
El responsable de los Asuntos Sociales en Holanda indicó a De Volkskrant que está estudiando si ese contrato pudiera ser obligatorio para los residentes de la UE y los ciudadanos turcos, que en la actualidad están exentos de realizar un examen obligatorio sobre su integración en la sociedad.
La legislación comunitaria permite la libre circulación de trabajadores de la UE y de los países del Espacio Económico Europeo (EEE) dentro de su territorio, así como que puedan buscar trabajo en cualquier Estado miembro, y que una vez encontrado, se rijan por la misma legislación que los nacionales.
Según el ministro neerlandés, ese examen de integración que su país exige para los ciudadanos no comunitarios y que se centra en el conocimiento del idioma y otros aspectos prácticos, debería ampliarse a preguntas relacionadas sobre los valores de Holanda.
Ese examen, sin embargo, ha llevado a situaciones como la sufrida por el escritor Rodaan al Galidi, de origen iraquí, refugiado en Holanda desde 1998 y premio de literatura de la UE, que en 2011 no lo aprobó y tuvo que realizar un curso completo de integración en el país.
Una de las preocupaciones del Gobierno holandés es la posibilidad de que el país reciba a partir de enero de 2014 ciudadanos de Rumania y Bulgaria, cuando esos dos Estados miembro de la UE finalizan el periodo de transición para sumarse a la libre circulación de trabajadores.
Según el ministro, "la libre circulación de personas sin que se preste atención a los problemas que conlleva, puede conducirnos a una Europa antisocial".