“Los terroristas que nos atacaron pensaron que podían instigar miedo y debilitar muestro espíritu, pero Estados Unidos no puede ser intimidado, y aquellos que lo intentaron, pronto se sumarán a la larga lista de enemigos vencidos que se atrevieron a poner a prueba nuestro temple”, precisó.
Durante una ceremonia en El Pentágono, uno de los tres sitios atacados por terroristas durante esa jornada, Trump recordó que desde esa fecha, las fuerzas militares han perseguido y destruido sin descanso a este enemigo, asegurándose que no pueda encontrar refugio en ninguna parte.
“Estamos dejando en claro a los salvajes asesinos que no existe un rincón oscuro fuera de nuestro alcance. Ningún santuario que no podamos tomar y ningún lugar donde puedan esconderse, en cualquier lugar en esta enorme tierra”, advirtió.
Trump destacó la respuesta que los ataques generaron entre los estadunidenses, haciendo notar que desde esa fecha más de cinco millones de hombres y mujeres se han enlistado en las fuerzas armadas, y cerca de siete mil militares han perdido la vida combatiendo el terrorismo a través del mundo.
Junto a miembros de su familia e integrantes de su cercano equipo de colaboradores, el mandatario marcó muy temprano el inicio de la jornada para honrar la memoria de las dos mil 997 personas que perdieron la vida ese día.
Trump encabezó una breve ceremonia en el jardín sur de la Casa Blanca en la que se guardó un minuto de silencio a las 08:46 horas locales, tiempo en que el primer avión de pasajeros se impactó contra la torre norte del Centro Mundial de Comercio (WTC).
El mandatario mantuvo la cabeza agachada en señal de respeto desde que el repique de una campana indicó la hora precisa del impacto.
Un minuto después se escucharon las notas de Taps, la breve y la lánguida pieza para trompeta que se ejecuta usualmente durante ceremonias fúnebres militares, y tras su conclusión, Trump y su esposa volvieron al interior de la residencia presidencial.
Poco después en El Pentágono, en la vecina Arlington, Virginia, el mandatario colocó una ofrenda floral en un parque erigido en memoria de las 125 personas que perdieron la vida cuando al tercero de los aviones se impactó contra la fachada oeste de la masiva construcción, a las 09:37 horas locales.
Trump estuvo acompañado ahí por el secretario de Defensa, James Mattis, y el jefe del Comando Militar Conjunto, general Joseph Dunford, además de su esposa Melania.
Por separado, el vicepresidente Mike Pence viajó a Shanksville, Pensilvania, donde se desplomó el cuarto avión de pasajeros en ruta hacia Washington después que varios pasajeros y miembros de la tripulación trataron de retomar el control de la aeronave, de manos de los terroristas.