En una entrevista en la radio privada de SKAI, Mendoni recalcó que “ninguna conservación se ha dado por terminada”, en respuesta a las declaraciones que hizo ayer, jueves, en la BBC su homóloga británica, Michelle Donelan, quien señaló que estos tesoros arqueológicos de más de 2,500 años “pertenecen al Reino Unido” y no van a regresar a Grecia.
A principios de este mes varios medios británicos señalaban que el Museo Británico y Grecia estaban supuestamente cerca de llegar a un acuerdo para que los Mármoles regresen a la capital helena por medio de un “préstamo” e “intercambio” de piezas arqueológicas.
Aunque el Gobierno heleno nunca desmintió estas informaciones, dejó claro que Grecia “no reconoce la jurisdicción, posesión y propiedad del Museo Británico de las Esculturas del Partenón”, lo que en un principio significaría que no podría aceptar un “préstamo” de esta piezas.
El primer ministro conservador, Kyriakos Mitsotakis, señaló por su parte este miércoles que los Mármoles regresarán a Grecia “pero no se espera que eso sea pronto”.
La legislación del Reino Unido impide que el Museo Británico entregue los tesoros que tiene a otros países, ley que Donelan calificó de “correcta”.
Un regreso de las piezas a Atenas “abriría la caja de Pandora” para el museo, señaló la ministra británica, y recalcó que eso provocaría confrontaciones sobre también otras piezas que se exponen ahí.
A comienzos del siglo XIX, los Mármoles del Partenón viajaron a Gran Bretaña cuando el embajador británico en el Imperio otomano, Thomas Bruce, más conocido como Lord Elgin, -que se definía como un amante de las antigüedades-, consiguió el permiso del Sultán para llevarse parte de las metopas y del friso interior del Partenón.
Más tarde los vendió a su Gobierno por 35,000 libras y desde 1939 estas joyas se exponen en el Museo Británico, mientras que el Museo de la Acrópolis tan solo exhibe copias.