La ONG con sede en Nueva York ha documentado 14 casos registrados entre finales de 2017 y mediados de este año en los que esas fuerzas paramilitares han matado a civiles, hecho desaparecer a detenidos o atacado centros médicos por supuestamente tratar a insurgentes.
Las bajas civiles en estas operaciones, asegura HRW, han aumentado de forma dramática en los últimos dos años.
"Al redoblar las operaciones contra los talibanes, la CIA ha permitido a fuerzas afganas abusivas cometer atrocidades, incluidas ejecuciones extrajudiciales y desapariciones", señaló en un comunicado Patricia Gossman, la autora del informe.
Según Gossman, "caso tras caso, estas fuerzas han disparado a personas bajo su custodia y sometido a comunidades enteras al terror de abusivas redadas nocturnas y ataques aéreos indiscriminados".
Según HRW, EE.UU. debería trabajar junto al Gobierno afgano para desarmar y desmantelar inmediatamente esas fuerzas paramilitares y cooperar con investigaciones independientes sobre las acusaciones de crímenes de guerra y otros abusos de los derechos humanos.
Desde 2001, la CIA mantiene en Afganistán una operación antiterrorista que se desarrolla en paralelo a las operaciones del Ejército estadounidense y en la que se ha reclutado, equipado y desplegado a equipos paramilitares para perseguir a miembros de Al Qaeda, los talibanes y, desde 2014, del Estado Islámico.
El informe de HRW llama la atención sobre las repetidas redadas nocturnas que estas fuerzas llevan a cabo para capturar a insurgentes, generalmente en zonas rurales bajo control de los talibanes o en áreas en disputa.
En muchas de esas operaciones, según la ONG, los paramilitares atacaron a civiles al confundirlos con otras personas, por malos datos de inteligencia o por rencillas políticas locales.
Según los testimonios recogidos, estas unidades también han atacado en ocasiones viviendas con base en informaciones según las cuales sus ocupantes facilitaban alimentos a insurgentes.
Las operaciones nocturnas han estado acompañadas a menudo de ataques aéreos indiscriminados o desproporcionados que se han cobrado vidas civiles, señala el informe.
Asimismo han sido atacadas instalaciones médicas, dejando profesionales muertos y violando las normas humanitarias internacionales.
HRW recuerda que los talibanes también cometen frecuentemente violaciones de los derechos humanos y de esas reglas de la guerra, pero subraya que ello no justifica las acciones de los gobiernos afgano o estadounidense.