El argentino Jorge Mario Bergoglio recibió a la mandataria en la puerta de la residencia Santa Marta del Vaticano, donde luego compartieron un encuentro de casi tres horas, que incluyó un almuerzo a solas.
El objetivo de la reunión fue "presentar al Santo Padre el saludo, el augurio y los sentimientos de afecto del pueblo argentino en ocasión del primer año de pontificado", informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
El secretario de Culto argentino, Guillermo Oliveri, quien participó en parte del encuentro, destacó la buena relación y el clima de cordialidad reinante entre el papa Francisco y Fernández de Kirchner.
"Tienen buen diálogo. Son líderes que tienen una mirada común respecto de determinadas situaciones que pasan en nuestra región y también en el mundo. Sobre todo ese objetivo de la búsqueda de la paz a través del diálogo y el consenso", subrayó Oliveri.
Antes del almuerzo, Fernández de Kirchner y Francisco intercambiaron regalos. La mandataria le llevó un termo de plástico con una leyenda impresa sobre el Bicentenario que celebró Argentina en 2010, libros y un cuadro.
Fue el tercer encuentro entre ambos desde la designación de Bergoglio como Sumo Pontífice de la Iglesia católica el 13 de marzo de 2013. Se reunieron el 18 de marzo del año pasado en el Vaticano y el 28 de julio en Brasil, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud.
La elección de Bergoglio como sucesor de Benedicto XVI sorprendió a Fernández de Kirchner, que al igual que su fallecido esposo y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007) mantuvo una tensa relación con él mientras ejerció como arzobispo porteño y cardenal primado de la Argentina, debido a sus críticas al poder en defensa de los más pobres. Pero tras la asunción de Francisco, los lazos se estrecharon.
El almuerzo con Francisco en el Vaticano fue la primera escala de la nueva gira internacional de la presidenta argentina, que incluirá una visita a Francia, donde se reunirá con su homólogo Francois Hollande e inaugurará el Salón del Libro.
Fernández de Kirchner explicó a la prensa que llegó unos minutos tarde a la cita con el ex arzobispo de Buenos Aires porque en la noche del domingo sufrió un esguince de tobillo en el hotel Edén de Roma en el que se hospedó.
La jefa de Estado argentina padeció una "torsión del tobillo izquierdo mientras caminaba por su habitación", precisó en un comunicado el titular de la Unidad Médica Presidencial, Marcelo Ballesteros.
"Se le efectuó una resonancia magnética nuclear en el Hospital Universitario Umberto I" de Roma, en donde se determinó "el diagnóstico de esguince de tobillo izquierdo", por lo que se le indicó "el tratamiento correspondiente y se inmovilizó la articulación con una férula", detalló Ballesteros.
La salud de la presidenta es un tema de gran atención en su país, tras la neurocirugía que se le practicó en octubre pasado para extraerle un hematoma en el cráneo, que se le produjo a causa de un golpe en la cabeza.