Más de 20 representantes de gobiernos de la región se reunieron en Panamá en días pasados para evaluar el uso sostenible y la conservación de la biodiversidad a favor de la seguridad alimentaria y nutricional.
El coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica, Tito Díaz, señaló en ese evento que con la erosión de la biodiversidad, la humanidad pierde el potencial de adaptar los ecosistemas a nuevos retos como el crecimiento de la población y el cambio climático.
Alcanzar la seguridad alimentaria y nutricional para todos está intrínsecamente ligado al mantenimiento de la biodiversidad, afirmó Díaz.
América Latina y el Caribe albergan la mayor base de recursos genéticos para especies cultivadas y consumidas en todo el mundo, como el maíz, la papa, yuca, camote, tomate, frijol, maní y calabaza.
Según datos de la FAO, la región tiene además una gran cantidad de alimentos silvestres, plantas comestibles y especies animales no tradicionales y subutilizadas, y cuenta con una gran diversidad de ecosistemas, sistemas productivos y conocimiento indígena sobre el mantenimiento y la utilización de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura.
La agencia de la ONU indicó que siete de los veinticinco lugares del mundo con altas concentraciones de especies endémicas se encuentran en América Latina y el Caribe. Sin embargo, advirtió que en la región se presenta un proceso de erosión fito y zoo-genética debido a la ampliación de la frontera agrícola y al uso de cada vez menos especies.
Ante este panorama, la FAO llamó a promover la conservación y consumo de las especies tradicionales y a evitar los monocultivos y la ganadería extensiva para así proteger la biodiversidad y lograr una dieta más variada y nutritiva entre la población de América Latina y el Caribe.