"Será la Casa Blanca la que tome la decisión de si acudiremos a la cumbre", dijeron a la agencia dpa fuentes del Departamento de Estado, que pidieron el anominato.
Washington considera que la Cumbre de las Américas "debería reflejar los esfuerzos continuos de nuestro hemisferio para apoyar la democracia, promover los derechos humanos y la inclusión social y empoderar una sociedad civil activa y vibrante".
"Confiamos en que Panamá, un socio cercano y excelente con credenciales democráticos fuertes, tenga en cuenta la importancia de reforzar estos elementos vitales que unen a las Américas en la Cumbre", añadieron las mismas fuentes.
La reacción de Washington se conoció poco después que la vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel de Saint Malo de Alvarado, confirmara que "a tan sólo unos pocos días de haber entregado formalmente las invitaciones, Panamá ya cuenta con las confirmaciones al más alto nivel de Chile, Colombia, Cuba, México, Guatemala, Costa Rica y El Salvador" para asistir a la cumbre, que se celebrará en abril en Panamá.
"Tener a los 35 países de la región en una misma mesa, unidos debatiendo sobre temas en común, además de un gran logro y satisfacción para Panamá, sería un logro para las Américas", afirmó la vicepresidenta del país centroamericano, que quiere ser el escenario por primera vez de la unidad americana, incluyendo a Cuba y a Estados Unidos.
La próxima Cumbre de las Américas, que se celebrará del 10 al 11 de abril, podría reunir por primera vez a los presidentes de Cuba y Estados Unidos, países enemigos desde el triunfo de la revolución en la isla en 1959.
Washington se ha opuesto tradicionalmente a la presencia de Cuba en el foro regional que se celebra desde 1994 bajo el patrocinio de la Organización de Estados Americanos (OEA). En los últimos años, sin embargo, prácticamente todos los países latinoamericanos han abogado por la inclusión del gobierno de La Habana.
En la última Cumbre de esta índolea, celebrada en Colombia en 2012, varios países del bloque progresista del ALBA amenazaron con boicotear el encuentro si no asistía Cuba, que la pasada semana recibió la invitación oficial de Panamá.
Cuba fue excluida de la OEA en 1962 por iniciativa de Estados Unidos, después de que Fidel Castro declarara el "carácter socialista" de su gobierno. Aunque el organismo levantó en 2009 la sanción, el gobierno de La Habana ha rechazado en varias ocasiones volver al foro que considera "un instrumento de dominación" de Washington en la región.
Esta semana, el secretario de Estado, John Kerry, pidió que la Cumbre de las Américas se centre más en el contenido que en las personas. "Debemos ir más allá del eterno debate de quiénes serán los asistentes, quién viene. Y debemos enfocarnos en la sustancia de los asuntos de la cumbre, que serán cruciales para, a la larga, construir un futuro mejor para las Américas".
Kerry cree que la Cumbre de las Américas debe contar con la participación directa "no sólo de los líderes de gobierno, sino también de los empresarios, los defensores de los derechos humanos y otras voces creíbles de la sociedad civil que representen a todas las naciones de nuestro hemisferio".
El 10 de diciembre de 2013, Raúl Castro y Obama se dieron un apretón de manos en el funeral de Nelson Mandela en Sudáfrica. La imagen de los mandatarios de ambos países juntos no se veía en décadas.