El enviado especial de Estados Unidos para Corea del Norte, Glyn Davies, encabezará la delegación de su país, mientras que la norcoreana estará liderada por el primer viceministro de Exteriores de ese país, Kim Kye-Gwan, según anunció hoy el Departamento de Estado en un comunicado.
El encuentro será el primero desde la muerte del líder norcoreano Kim Jong-il el pasado 17 de diciembre, y la consiguiente toma de poder de su hijo menor, Kim Jong Un, en quien Washington espera encontrar una mayor disposición a la hora de negociar sobre su programa nuclear y balístico.
"Pensamos que éste es un buen momento para ver en qué punto están, y tiene mucho sentido darles una oportunidad para ver si están dispuestos a responder a las preguntas que tenemos", dijo la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Victoria Nuland, en una conferencia de prensa.
Delegaciones de ambos países se reunieron el pasado julio en Nueva York y en octubre en Ginebra, en unos contactos que se cerraron sin apenas avances que permitieran desbloquear las negociaciones a seis bandas (a las que se suman China, Rusia, Japón y Corea del Sur), suspendidas desde 2008.
Washington quiere que Pyongyang detenga todas sus actividades nucleares y permita las inspecciones de la ONU, mientras que Corea del Norte busca salir de las negociaciones con ayuda energética y financiera, además de reconocimiento político para su país.
La agenda podría incluir también conversaciones sobre la ayuda alimentaria, después de que Corea del Norte expresara en diciembre pasado su compromiso a suspender su programa de enriquecimiento de uranio a cambio de 240,000 toneladas de ayuda de Estados Unidos.
El asunto prioritario será el regreso a las conversaciones a seis bandas, pero si los norcoreanos "quieren hablar sobre la nutrición y tienen las respuestas a algunas de las preocupaciones" expresadas por Estados Unidos, la delegación liderada por Davies "estará preparada para escucharlos", señaló hoy Nuland.
El foro de diálogo a seis bandas está suspendido desde su última sesión a finales de 2008, a lo que se sumó en abril de 2009 la retirada de Pyongyang de las conversaciones tras la condena internacional por el lanzamiento de un cohete de largo alcance.