El embajador de Estados Unidos ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Joseph Macmanus, dijo ante la Junta de Gobernadores de esta agencia de la ONU que, si no hay progresos concretos en las negociaciones con Teherán hasta septiembre, Washington "va a trabajar con otros miembros de la Junta para considerar más acciones".
Esta advertencia demuestra que nada va a suceder en el conflicto nuclear en los próximos tres meses, en parte también por las elecciones presidenciales que se celebrarán en Irán el 14 de junio y que traerán un cambio de dirigente.
Macmanus agregó que "la ventana de oportunidades no permanecerá abierta de forma indefinida".
Aludía así a las negociaciones que mantiene Irán con el OIEA y con seis grandes potencias mundiales para llegar a una solución dialogada del conflicto nuclear, que ya dura una década.
Ante la incapacidad de avanzar en estas vías de negociación, Macmanus aseguró que "el análisis del director general (del OIEA) de que las negociaciones 'están dando rodeos' es convincente".
El director general del OIEA, Yukiya Amano, fue tajante el lunes pasado al llegar a esta conclusión durante la apertura en Viena de la reunión de la Junta, el órgano ejecutivo de la agencia nuclear.
Desde hace año y medio, la cúpula del OIEA intenta llegar a un acuerdo con Teherán para obtener más accesos a instalaciones y expertos, con el objetivo de esclarecer posibles dimensiones militares del programa nuclear iraní.
El embajador iraní ante el OIEA, Ali Asghar Soltanieh, aseguró por su parte que la responsable de esos "rodeos" es la propia agencia nuclear, por exigir "condiciones inaceptables" para la República Islámica.
"Necesitamos tener seguridad de que el asunto (la investigación) sea cerrado al final y que no continuará otros diez años más", destacó el representante iraní en declaraciones a la prensa en Viena, tras ofrecer un discurso ante la Junta.
"No podemos aceptar darle al OIEA un cheque en blanco para más investigaciones. Queremos un marco y una modalidad clara", señaló Soltanieh, uno de los principales negociadores nucleares de Irán.
El diplomático destacó que su país "nunca renunciará a su derecho inalienable a acceder a energía y tecnología atómica", aunque Irán se compromete a cumplir siempre el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
"No vamos a ceder a sanciones, presiones y amenazas de ataques y continuaremos sin interrupción nuestras actividades, incluyendo el enriquecimiento (de uranio)", concluyó Soltanieh.
El grupo P5+1 -compuesto por las cinco potencias del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) y Alemania- expresó, en una declaración conjunta ante la Junta, su "profunda preocupación" por los avances nucleares en Irán.
Según estas potencias, esos progresos incluyen la modernización y ampliación de las capacidades iraníes de enriquecimiento de uranio, además de la construcción del reactor de agua pesada en Arak, que produce plutonio.
El uranio enriquecido y el plutonio son los dos materiales clave para el desarrollo teórico de armas nucleares.
En todo caso, el P5+1 reiteró que su objetivo sigue siendo "una solución exhaustiva y a largo plazo, basada en el respeto mutuo, que restablezca la confianza internacional".
Las potencias occidentales, con Estados Unidos, la Unión Europea e Israel a la cabeza, temen que Irán esté desarrollando capacidades y conocimientos con fines militares bajo el paraguas de un supuesto programa nuclear.
El gobierno en Teherán rechaza estas alegaciones, al asegurar que con sus actividades nucleares sólo quiere producir energía eléctrica y realizar investigaciones científicas.