España preside por cuarta vez la Unión Europea

España asumió el 1 de enero su cuarta presidencia rotatoria de la Unión Europea, una responsabilidad que no volverá a desempeñar hasta dentro de por lo menos catorce años. José Luis Rodríguez Zapatero se convierte en el tercer presidente del gobierno español en protagonizar esa experiencia después de que Felipe González la viviera en dos ocasiones (1989 y 1995) y en una José María Aznar (2002).

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El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

La primera vez que España estuvo al frente de la UE estas siglas no habían nacido; los doce socios de entonces se aglutinaban bajo la denominación de Comunidad Europea.

España desempeñó esa primera presidencia entre enero y junio de 1989, menos de cuatro años después de la firma de su adhesión, el 12 de junio de 1985.

Durante aquel semestre se avanzó en las directivas sobre mercado interior y la Unión Económica y Monetaria, así como en la dimensión social de la integración económica, que se concretó en la presentación de la Carta Social europea. Bajo la batuta del entonces ministro de Exteriores y presidente del Consejo de Ministros de la CE, Francisco Fernández Ordóñez, la presidencia consiguió que, por primera vez, los socios comunitarios respondieran a los problemas internacionales con una sola voz. Ejemplo de ello fue el impulso a las relaciones con Latinoamérica, el inicio de una serie de contactos con Oriente Medio para lograr la paz y, sobre todo, la apertura hacia el este con los tratados de cooperación con la URSS, Polonia, Hungría y Checoslovaquia.

La segunda presidencia de la UE (septiembre a diciembre de 1995 y ya con quince países como socios) llegó sólo meses antes de que Aznar relevara a González.

En ella se decidió el nombre que tendría la moneda única, el euro, y su calendario de adopción. Pero los avances más significativos fueron en política exterior. La presidencia logró -junto con la Comisión- una Nueva Agenda Transatlántica y un Plan de Acción Conjunta con Estados Unidos, y organizó en Barcelona la primera Conferencia Euromediterránea. También se puso fecha a la Conferencia Intergubernamental para las reformas necesarias a la ampliación y se fijó un calendario para esa ampliación al este.

La tercera presidencia española, inaugurada el 1 de enero del 2002 con Aznar en su segunda legislatura, coincidió con la puesta en circulación del euro en doce países y con la convocatoria de una Convención para reformar las instituciones comunitarias.

Los atentados del 11 de septiembre del año anterior estuvieron muy presentes en esa presidencia, en la que Aznar fijó como una prioridad la cooperación en la lucha contra el terrorismo: siete países acordaron adelantar a 2003 la entrada en vigor de la “euroorden” y avanzar hacia la armonización de sanciones penales. También se sentaron las bases de una política común contra la inmigración ilegal, y durante el semestre español la UE ratificó el protocolo de Kioto.

En el Consejo de Sevilla se estableció la fecha de 2004 para la ampliación al este con la incorporación, primero, de diez socios, y luego de otros dos hasta llegar a los actuales veintisiete. Ese número de países hará que España no asuma de nuevo la presidencia hasta, al menos, dentro de catorce años, un periodo que podría ampliarse si se incorporan nuevos socios al proyecto europeo.