Según confirmó a finales de agosto pasado la portavoz del ministerio público de la Confederación Helvética, Walburga Bur, la fiscalía local abrió un procedimiento penal contra el mafioso bajo la hipótesis de que ha escondido millones de euros en cuentas bancarias suizas.
Bur dijo, sin dar mayores detalles, que los magistrados suizos trabajan en coordinación con los investigadores antimafia italianos y que la fiscalía helvética revisó documentos bancarios, realizó dos cateos e interrogó a un sospechoso.
No se trata, sin embargo, de la primera vez que las investigaciones sobre el “capo” de 53 años de edad y prófugo de la justicia desde 1993 tocan Suiza.
En 2013 fueron confiscados en ese país 38 millones de euros en cuentas bancarias a nombre, entre otros, de Filippo Greco, un empresario siciliano en contacto con Franco Luppino, brazo derecho de Messina Denaro y que habría sido un prestanombres del mafioso.
Fuentes judiciales confirmaron que en los últimos meses fue detectada la presencia frecuente del empresario Domenico Scimonelli, otro de los “fidelísimos” de Messina Denaro, en Suiza, donde abrió varias empresas a nombre de ciudadanos de la confederación.
Tales sociedades, según descubrieron los investigadores, no desarrollaban ninguna actividad real, sino que tenían a disposición algunas tarjetas de crédito con las que se realizaban movimientos de dinero.
A inicios de agosto pasado la procuradora adjunta de Palermo, Sicilia, Teresa Principato, al frente del equipo que indaga el paradero de Messina Denaro, pidió a la fiscalía helvética colaborar en las investigaciones sobre el “capo” originario de Castelvetrano (en la provincia siciliana de Trapani).
Según las fuentes, la hipótesis es que las tarjetas de crédito son utilizadas por Messina Denaro para financiarse y sobre ello los jueces interrogaron a Scimonelli, arrestado recientemente, pero que no ha querido colaborar.
La de Suiza es la última pista que lleva al paradero del mafioso, cuya captura es dada desde hace algunos años como “inminente”, pero sin que hasta ahora se haya concretado.
Y es que Messina Denaro, según denunció Principato a los medios tras el reciente arresto de 11 de sus cómplices, goza de protección a “altos niveles”.
La procuradora dijo que a diferencia de otros jefes de Cosa Nostra ya encarcelados, el “último capo” se mueve con el pasaporte en el bolsillo y su presencia ha sido detectada en España, Brasil, Gran Bretaña y Austria.
Conocido con el alias de “Diabolik”, Messina Denaro es, según Principato, una mezcla de modernidad y de la tradición que encarnaban sus predecesores, los corleoneses Bernardo Provenzano (arrestado en 2006) y Salvatore “Totó” Riina (capturado en 1993).
El aspecto actual del mafioso ha sido reconstruido por los investigadores gracias a testimonios de colaboradores de la justicia, pues la última foto que la policía tiene de él data de inicios de la década de 1990.
El Grupo de Investigación sobre la Criminalidad Organizada (GICO) de la Guardia de Finanzas (la policía militar) ha elaborado en computadora la identidad del capo gracias a una fuente que reveló haberlo visto recientemente.
Messina Denaro, según ese testigo, ya no utilizaría los anteojos que lucía en su última fotografía porque se habría operado de una enfermedad en la retina en una clínica de Barcelona, lo que confirmó a los investigadores el médico español que lo atendió.
Implicado en los mayores crímenes cometidos por Cosa Nostra en Italia, como los asesinatos en 1992 de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino o los atentados explosivos que causaron decenas de muertos y heridos en Florencia, Roma y Milán a inicios de los noventa, sobre Messina Denaro penden varias condenas a cadena perpetua.
Los magistrados lo consideran responsable de al menos 70 homicidios como autor intelectual o ejecutor y, según el testimonio de un exmafioso, el “último capo” presume de ello. “Con las personas que he matado podría hacer un cementerio”, habría declarado.