El rey Felipe VI ingresa en el club de la guayabera

Por dos veces apareció el rey Felipe VI en la ciudad mexicana de Veracruz vestido con guayabera. En su estreno como monarca en una Cumbre Iberoamericana, el jefe de Estado español hizo todo lo que estaba en su mano por escenificar su afecto y proximidad a América Latina.

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El rey de España, Felipe VI y el presidente de México, Enrique Peña Nieto.

Era la primera vez que se veía al nuevo rey de España vestir la típica prenda caribeña a la que en la región puede usarse con la misma formalidad que un traje de chaqueta. Felipe VI es un hombre de gestos al que gusta transmitir ideas con imágenes. Y esta fue una con mucha potencia.

América Latina fue foco internacional del reinado de su padre. Y en México asumió Felipe directamente la herencia.

"Mi padre el rey Juan Carlos ha impulsado con todas sus fuerzas el ejercicio iberoamericano de concertación y de cooperación (...). Ahora, en el inicio de mi reinado, tengo el honor, el privilegio y la responsabilidad de tomar el testigo y (...) de ponerme también al servicio de Iberoamérica", dijo al inicio de la cumbre.

Como príncipe heredero asistió a las tomas de posesión de los mandatarios latinoamericanos desde 1996, por lo que en Veracruz los conocía prácticamente a todos. Pero la cita en la ciudad mexicana fue lugar de estrenos y primeras veces para el rey, que en pocos días -el 19 de diciembre- cumplirá medio año en el trono.

La Cumbre Iberoamericana de Veracruz era su primera como rey, su presentación oficial como monarca ante los mandatarios latinoamericanos. Y México es el primer país latinoamericano que visita oficialmente desde su proclamacion.

De ahí la multiplicación de sus apariciones públicas en la ciudad mexicana, centrada en destacar su perfil como nuevo monarca. El domingo homenajeó a los emigrantes españoles en México, incluidos los exiliados republicanos, clausuró un encuentro empresarial vestido con guayabera e inauguró un foro sobre comunicación.

"Lo afronto con mucha ilusión", dijo a un grupo de periodistas el domingo, cuando le preguntaron directamente cómo encaraba su primer encuentro oficial con la comunidad iberoamericana.

Felipe, como rey, se enfrenta en ella un gran reto: contribuir con su impronta personal a la revitalización de las cumbres, cuestionadas por las críticas y deserciones, sobre todo del eje izquierdista.

Hace ya tiempo que la cita perdió relevancia en una América Latina distinta a la de 1991, cuando nació en parte gracias al impulso del rey Juan Carlos. Las organizaciones regionales y las cumbres se han multiplicado y algunos sectores aseguran abiertamente que este es un foro que ya solo interesa a España.

El monarca español desplegó en Veracruz su capacidad diplomática y, un día después de las críticas del boliviano Evo Morales a la cita y a España, intentó ganarse al eje crítico con el mensaje de que las divergencias ideológicas no tienen por qué generar desunión en la comunidad iberoamericana.

"No siempre coincidimos en los mismos objetivos concretos y específicos, por motivos muy diversos. Entre otras razones porque no todos pertenecemos a las mismas áreas geopolíticas y económicas", dijo. "Pero esto no es malo. Con visión e inteligencia, y con realismo y pragmatismo, debemos saber sacar el mejor partido a nuestras afinidades".

Solo el futuro podrá desvelar hasta dónde es capaz de llegar el nuevo rey de España con su impronta personal en la comunidad. "Iberoamérica es una familia", dijo. "Iberoamérica unida tiene mucho que ofrecer al mundo y a la Humanidad". (DPA)