El príncipe Carlos y Camila, atacados por manifestantes

Los príncipes de Gales se han visto envueltos -sin quererlo- en las protestas estudiantiles que se desarrollan estos días en Londres. El matrimonio se dirigía a un acto en el centro de la ciudad cuando se vio asaltado por un grupo de jóvenes, que se manifestaban en contra del encarecimiento de sus estudios.

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Los príncipes Carlos y Camila se dirigían a un acto en el centro de la ciudad cuando fueron asaltados por un grupo de jóvenes, que se manifestaban en contra del encarecimiento de sus estudios.

El príncipe Carlos y Camila Parker-Bowles atravesaron el centro de Londres este jueves para llegar al London Palladium, donde se celebraba un acto celebrado anualmente conocido como Royal Variety Performance.

Pero su trayecto fue de todo menos tranquilo. El Rolls-Royce en el que viajaban se vio súbitamente rodeado por una multitud de estudiantes, que protestaban por el aumento de los precios de los estudios universitarios.

Los atacantes rompieron un cristal lateral de vehículo y lo salpicaron de pintura, mientras el Príncipe Carlos empujaba a su esposa Camilla hacia el suelo del coche para que no resultara herida, y él mantenía la compostura y seguía saludando a la multitud.

Según informa el diario New York Post, los manifestantes iban armados con botellas y gritaban: "¡Cortarles la cabeza!". Por su parte, el testigo Adnan Nazir calificó la escena de "maníaca".

Finalmente, los príncipes de Gales consiguieron llegar a su destino sin sufrir daños, y la propia Camila bromeó acerca del incidente diciendo que estaba "bien" y que "había una primera vez para todo".

Pese a que mantuvieron las apariencias durante el evento, en el que actuaron Katy Perry y Take That, lo cierto es que a su llegada ninguno de los dos podía esconder el rictus de miedo e indignación por el acoso sufrido.

Por si acaso, un representante del príncipe Carlos ha querido ofrecer la versión de la Casa Real británica: "Podemos confirmar que el coche de Sus Altezas Reales fue atacado por protestantes en su camino al London Palladium. Sus Altezas Reales no fueron heridos", declaró, según recoge la revista People.

Los temores se confirmaron

Un día antes de lo ocurrido, el propio príncipe de Gales bromeó sobre sus planes de atravesar Londres en medio de las protestas. "Espero que seamos capaces de abrirnos paso, llegar allí y estar bien", afirmó durante una recepción en la residencia real Clarence House.

Aunque su entorno se mostraba preocupado por lo que pudiera ocurrir, nadie se esperaba que los manifestantes pudieran llegar a aproximarse tanto al vehículo real, y mucho menos a amenazar la integridad física de los príncipes.

Los diarios ingleses no dejan de preguntarse hoy cómo fue posible que los servicios de seguridad no estuvieran prevenidos ante lo que ocurrió y fallaran a la hora de cumplir su cometido.

Charles Shoebridge, policía retirado y analista de seguridad, ha calificado lo ocurrido de "serio incidente", y afirma que pudo haber sido mucho peor, más que una simple anécdota.

"Entra dentro de los fallos de seguridad más graves de la década. Algunos de los manifestantes llevaban gasolina. La policía podía no haber tenido más remedio que abrir fuego. No era un peligro potencial, era real", ha declarado, según recoge el diario Daily Telegraph.

El primer ministro David Cameron ha reconocido sentirse "muy preocupado" por lo sucedido, mientras que un antiguo jefe de Scotland Yard acusó el fallo a la descoordinación entre la seguridad personal de los príncipes y los policías encargados de controlar a los manifestantes.