El presidente iraquí designa primer ministro tras la renuncia del anterior candidato

El presidente de Irak, Barham Saleh, encomendó este martes la tarea de formar Gobierno a Adnan al Zurfi, después de que el anterior candidato renunciara por falta de apoyo de los bloques parlamentarios en medio del bloqueo político que vive el país.

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"El presidente de la República, Barham Saleh, designa a Adnan al Zurfi para formar gobierno", informó la televisión estatal Al Iraquiya, sin aportar más detalles.

Al Zurfi, exgobernador de la provincia sureña de Nayaf y líder del partido Al Wafaa, integrado dentro de la coalición Al Nasr del antiguo primer ministro Haider al Abadi, fue nombrado por Saleh después de que ayer expirara el plazo para que los bloques consensuaran un candidato para el cargo.

El nuevo primer ministro designado se convierte de esta forma en el segundo candidato propuesto por el presidente iraquí en el plazo de 45 días, después de que su anterior aspirante, Mohamed Taufiq Alaui, renunciara a formar gobierno el pasado 1 de marzo por falta de apoyo en el Parlamento del país árabe.

Alaui había sido designado un mes antes por Saleh para formar gobierno, en medio de las protestas y la crisis que llevó el 29 de noviembre al primer ministro Adel Abdelmahdi a dimitir.

Ante la parálisis para encontrar un sucesor, Abdelmahdi continúa aún en funciones.

Al Zurfi tiene ahora la labor de formar un gabinete que tiene que ser ratificado por el Legislativo en un periodo de 30 días, de acuerdo con la Constitución iraquí.

Nacido en 1966 y licenciado en Derecho, Al Zurfi ha ocupado varios cargos públicos y fundó su partido en 2004 con la intención de apartar a Irak de toda influencia extranjera, Irán inclusive, tras la caída del dictador Sadam Huseín durante la invasión estadounidense en 2003.

Irak vive uno de los peores bloqueos políticos de su historia reciente que, además, está marcado por la crisis del coronavirus del que se han registrado 124 casos y que ha provocado ya 9 muertes.

Asimismo, desde el pasado 1 de octubre, el país árabe vive una oleada de protestas para pedir que se garantice la provisión de servicios básicos y el fin de la corrupción en un sistema político sectario que ha hecho absolutamente ineficiente la acción de Gobierno.

Las manifestaciones han sido duramente reprimidas en muchos casos por milicias de los grupos criticados con un saldo de más de 550 muertos y decenas de miles de heridos.