Ma confía en que de aquí al final de su mandato, dentro de dos años, se haya abierto una oficina taiwanesa en la República Popular China y viceversa. "No se trata de un reconocimiento diplomático", destacó el presidente taiwanés, puesto que esas oficinas no serían embajadas.
Ma también confía en poder reunirse en noviembre con el presidente chino, Xi Jinping, durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Hasta ahora China ha rechazado dicho encuentro.
En su política de acercamiento Ma aseguró tener muy en cuenta la experiencia de las relaciones entre las dos Alemanias que surgieron tras la Segunda Guerra Mundial.
Desde su elección, hace seis años, el presidente de Taiwan ha apostado por reducir las tensiones con Pekín. Bajo su gobierno, China y Taiwan -enemistados desde hace más de 60 años- retomaron vuelos y trayectos en barco directos, entre otros.
En junio pasado visitó Taipei el más alto representante chino para Taiwan, Zhang Zhijun. Fue la primera visita de un alto representante del gobierno chino desde el final de la guerra civil entre los comunistas y el partido nacionalista chino (Kuomintang), que huyó a la isla tras la derrota. Desde la huida del Kuomintang nacionalista chino a Taiwan, Pekín considera la república isleña una "parte inseparable de China" y amenazó incluso con una reconquista por la fuerza si Taiwan declara formalmente la independencia. Taipei es desde 1949 la sede del gobierno de la República China que también aspira a representar a todo el país.
La política de acercamiento de Ma es controvertida y el año pasado su valoración en las encuestas cayó al 9 por ciento. El rechazó alcanzó su punto máximo en marzo, cuando un grupo de estudiantes irrumpió en el Parlamento en protesta por un acuerdo comercial previsto entre China y Taiwan. Los estudiantes abandonaron el edificio tres semanas más tarde, sólo después de que el presidente del Parlamento les asegurase que se revisaría el acuerdo.
A pesar de ello, el presidente cree que el único camino es un acercamiento al país vecino. "Si no quedaremos marginados", argumentó. (DPA)