Shanahan está estudiando en estos momentos una solicitud del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) en la que se pide al Pentágono que los militares amplíen el marco de su misión fronteriza, lastrada por la política de las Fuerzas Armadas de no entrar en contacto con los inmigrantes, desveló este viernes el diario The Washington Post.
El DHS viene denunciando desde hace semanas que, debido al repunte en la llegada de indocumentados, muchos de sus agentes se ven obligados a centrarse en prestar atención a los migrantes que se encuentran en centros de detención, por lo que dejan desatendidas sus labores de control fronterizo.
Por este motivo, el DHS que, entre otras funciones, se encarga de combatir la inmigración ilegal, ha solicitado a la cartera de Defensa que los soldados colaboren en el transporte y cuidado de inmigrantes y ceda a abogados militares para ayudar en los procesos de deportación.
Por el momento, la misión de los 4,900 soldados desplegados actualmente en la frontera, entre militares en activo y reservistas de la Guardia Nacional, se limita a reforzar el muro que separa EU de México, construir y mejorar carreteras e instalar luces.
Precisamente este viernes, el DHS ha anunciado que obtuvo permiso por parte del Congreso para reemplazar de forma acelerada 26 millas (unos 42 kilómetros) de valla fronteriza, en las inmediaciones de Yuma, una desértica ciudad en la frontera suroeste de Arizona, que se ha convertido en uno de los principales puntos de entrada de migrantes.
Este proyectó comenzó a ejecutarse el miércoles y cuenta con la colaboración del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, de acuerdo a un comunicado del DHS.
Además, en los últimos días, el presidente de EU, Donald Trump, ha asegurado que nuevas tropas se están desplazando hacia la frontera, aunque por el momento el Pentágono ha negado haber recibido la pertinente petición formal del DHS.