"Hoy el Senado de Nuevo Hampshire votó por 16-8 anular el veto, lo que deja sin efecto la pena de muerte en Nuevo Hampshire", anunció el Congreso de este estado de la costa este estadounidense.
La propuesta para dejar sin efecto el veto del gobernador republicano ya había sido aprobada la semana pasada en la Cámara Baja estatal, por 247 votos a favor y 123 en contra.
En un comunicado divulgado por la oficina de la presidenta del Senado local, Donna Soucy, la demócrata reconoció que este ha sido "un asunto con el que han tenido que lidiar todos y cada uno de los legisladores de Nuevo Hampshire durante décadas".
En un principio, el Congreso estatal aprobó esta medida el pasado 1 de mayo, pero apenas dos días después Sununu ejerció su derecho de veto para bloquear la propuesta, una decisión que ahora ha quedado en nada gracias a una segunda ronda de votaciones.
Ningún ciudadano ha sido ejecutado en el estado de Nuevo Hampshire en los últimos ochenta años y en estos momentos tan solo uno aguarda su suerte en el corredor de la muerte.
Se trata de Michael Addison, quien a pesar de la nueva ley no podrá beneficiarse de la misma con carácter retroactivo, al haber sido condenado en 2008 por la muerte del oficial de la Policía de la localidad de Manchester Michael Briggs.
Nuevo Hampshire solo contemplaba la pena capital en siete supuestos: el asesinato de un juez o de un oficial de servicio, los asesinatos por encargo, cualquier violación que resulte en la muerte de la víctima, ciertos crímenes relacionados con drogas, allanamiento de morada y asesinato por parte de un condenado a cadena perpetua.
Después de la decisión de hoy, Nuevo Hampshire se convierte en el vigésimo primer estado de EU en abolir la pena capital, el noveno en los últimos quince años, según datos del Centro de Información sobre la Pena de Muerte (PDIC, por sus siglas en inglés).