"Proporcionar armas a Rusia para usarlas en el campo de batalla contra silos de grano e infraestructura de calefacción de las principales ciudades mientras nos acercamos al invierno para tratar de conquistar territorio de otra nación soberana no va a dejar bien a Corea del Norte y pagará un precio por ello en la comunidad internacional", indicó el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
El representante estadounidense destacó en una conferencia de prensa que Pionyang debería respetar su compromiso público de que no suministrará dicho armamento y aseguró que Washington seguirá buscando oportunidades para disuadir a los norcoreanos de dar ese paso.
Estados Unidos ya había denunciado el pasado miércoles que la negociación entre Rusia y Corea del Norte para la compra de armas avanza activamente y que, de llevarse a cabo, permitiría a Moscú recibir múltiples tipos de municiones.
Los diarios The New York Times y The Washington Post publicaron este lunes que el líder norcoreano, Kim Jong-un, planea viajar a Rusia este mes para hablar con el presidente ruso, Vladímir Putin, y sellar ese intercambio.
El Kremlin rehusó este martes confirmar ese posible encuentro y en Washington, Sullivan recordó que, aunque poseen información de que Jong-un "tiene expectativas de que la discusión prosiga, incluso entre líderes y tal vez en persona", no puede "entrar en detalles" al respecto.
A su vez, el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, subrayó que Estados Unidos "ha sido increíblemente claro sobre las potenciales consecuencias de que cualquier país adopte medidas que apoyen a Rusia a avanzar en su ilegal e injusta guerra".