Dos semanas decisivas para definir el futuro político de Brasil

La campaña para las elecciones presidenciales del 5 de octubre en Brasil ingresa hoy en sus dos últimas semanas, que serán decisivas para definir el futuro político del gigante sudamericano y el peso de las demandas populares por cambios tras casi 12 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

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La presidenta y candidata a la reelección por el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), Dilma Rousseff, retomó su agenda oficial de campaña.

Según las encuestas, casi ocho de cada diez brasileños abogan por cambios profundos, tanto en el sistema político como en la política social, que rescató a decenas de millones de personas de la pobreza, pero que no fue capaz de mejorar significativamente la muy precaria calidad de los servicios públicos de salud, educación y transporte.

Esta demanda apareció por primera vez en junio del año pasado, con las masivas protestas populares que sacudieron el país durante la disputa de la Copa Confederaciones, y ahora pueden reflejarse también en las urnas.

La presidenta Dilma Rousseff, quien llegó al poder en 2011 gracias al apoyo del carismático líder del PT, Luiz Inacio Lula da Silva, no ha logrado conquistar la popularidad de su antecesor, y con ello alimenta esperanzas de los dos principales candidatos de oposición: la líder ambientalista Marina Silva y el senador socialdemócrata Aecio Neves.

La principal amenaza a la permanencia del PT en el poder viene de Silva, ex integrante del partido y ex ministra de Medio Ambiente de Lula, quien se convirtió en candidata a la Presidencia en agosto, tras la muerte en un accidente aéreo del anterior representante del Partido Socialista Brasileño (PSB), Eduardo Campos.

La ambientalista ingresó en la disputa con un 21 por ciento de la intención de voto y, pese a que sólo tiene 2.5 minutos diarios de propaganda en radio y televisión, menos de la cuarta parte de Rousseff. Sin embargo, dos semanas después llegó al 34 por ciento.

Asustados por el avance de Silva, tanto Rousseff como Neves -éste en menor medida- lanzaron una ola de ataques a la candidata socialista, que parece haber producido resultados.

Un sondeo divulgado hoy por el Instituto Datafolha revela que Rousseff amplió a siete puntos su ventaja sobre Silva hacia la primera vuelta y también estrechó la diferencia frente a la segunda ronda: la diferencia en favor de la ambientalista, que llegó a ser de diez puntos porcentuales a fines de agosto, bajó a dos puntos.

La ventaja de Silva sobre Neves, por otra parte, disminuyó de 20 puntos, a comienzos de septiembre, a 13 puntos, actualmente, lo que alimenta las esperanzas del socialdemócrata de disputar la Presidencia con Rousseff el 26 de octubre.

Según el director del Instituto Datafolha, Marcos Paulino, los sondeos reflejan la división de los brasileños entre optar por un cambio "más osado", que representaría Marina Silva, y perseguir cambios "con seguridad" mediante la reelección de Rousseff.

"Hay en este momento un deseo de romper con el pasado, como había en la elección de 2002 (que llevó al poder a Lula da Silva). Pero también hay un sentimiento de cierto miedo, alimentado por las campañas publicitarias del PT, que generan cierta inseguridad para apostar porn alguien que no es tan conocido", explicó.

La gran interrogante, a poco más de dos semanas de la primera vuelta electoral, es saber cuál de estos sentimientos prevalecerá en las urnas.

El senador y ex presidente brasileño José Sarney (1985-1990), fiel aliado de todos los gobernantes de las últimas cinco décadas, dejó en claro, en un artículo publicado en el diario español "El País", su temor ante la posibilidad concreta de victoria de Marina Silva, cuya campaña se basa precisamente en la propuesta de poner en vigencia "una nueva política".

"Marina Silva es una figura carismática, mística, dogmática, prejuiciosa e intransigente", disparó Sarney, al tiempo que reconoció que la candidata del PSB logró reunir alrededor suyo "un robusto frente de combate al PT y al gobierno de Dilma Rousseff, lo que hace posible lo que se consideraba imposible: derrotarles".

Según Paulino, pese a la pérdida de apoyo de Silva y al repunte de Neves detectados en la última encuesta, no ha cambiado la tendencia de que, salvo por alguna sorpresa, la Presidencia de Brasil se defina el 26 de octubre en una segunda ronda entre la actual mandataria y la líder ambientalista. (DPA)