Esa es una de las conclusiones de una investigación sobre la actuación de los responsables de esta diócesis y, en particular, de su principal dirigente durante más de 30 años, el exobispo Joseph Duffy, quien dimitió de su cargo en 2010.
Según el informe, a pesar de los fallos del pasado, esta diócesis, compuesta por parroquias de condados irlandeses y norirlandeses, da "ahora prioridad" a la salvaguarda de los asuntos del menor bajo la dirección de su nuevo obispo, Liam McDaid.
El responsable del NBSCCC, Ian Elliot, informó hoy de que se cometieron "retrasos inaceptables", por ejemplo, para retirar a un sacerdote, al que no nombra, después de que se presentaran "denuncias creíbles" de presuntos abusos sexuales.
En otro caso, otro religioso supuestamente implicado en "múltiples" agresiones contra menores no fue relevado de su ministerio, sino que se optó, primero, por transferirle a otra comunidad y, después, por enviarle al extranjero para seguir una terapia.
Este último sacerdote fue extraditado finalmente desde Estados Unidos a Irlanda, pero falleció antes de que pudiera ser llevado ante la Justicia de este país, lamentó el documento.
"En varios casos, las acusaciones formuladas contra curas surgieron después de sus muertes, lo que hizo imposible plantear una investigación", señaló el texto.
El documento subrayó que las "prácticas del pasado" ofrecían, "a menudo, una respuesta insatisfactoria" a las denuncias de abusos y que no se "hacía frente con la determinación necesaria" a los "comportamientos arriesgados".
En total, trece sacerdotes de la diócesis de Clogher han sido objeto de denuncias de abusos sexuales contra menores cometidos entre 1975 y noviembre de 2012, uno de los cuales aún "sigue ejerciendo o está retirado" y dos "han sido condenados".
Según la investigación, en ese periodo de tiempo la Policía de la República de Irlanda (Garda) y el Ministerio de Sanidad recibieron 23 y 22 denuncias, respectivamente.
El papa Benedicto XVI aceptó en mayo de 2010 la dimisión reglamentaria del obispo de Clogher, Joseph Duffy, tras ser acusado éste de haber encubierto casos de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes en Irlanda.
Duffy era uno de los cuatro prelados que dimitieron ese año tras conocerse los dos informes oficiales irlandeses -el Informe Ryan y el Informe Murphy- que desvelaron que durante 70 años centenares de niños de Irlanda sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes en ese país, sobre todo en la archidiócesis de Dublín entre 1975 y 2004.