El gobierno de facto de Honduras culpó a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua por la intromisión en sus asuntos internos y por las "consecuencias que se deriven de sus acciones de fuerza" para propiciar el retorno al poder del depuesto Manuel Zelaya.
En un comunicado leído por la vicecanciller del gobierno de facto, Martha Lorena Alvarado, el gobierno de Roberto Micheletti deploró la actitud de Zelaya por desoir los llamados internacionales que "favorecen la solución pacífica" del diferendo constitucional y lo acusó de subvertir al orden interno.