El tratado fue firmado en mayo de 2017, sumando el país sudamericano a otras ocho naciones que ya mantiene ese estatus particular: Japón, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda, Afganistán, Australia, Irak y Pakistán.
Los llamados “socios globales” no forman parte de las estructuras de la OTAN, pero se benefician de programas de entrenamiento conjunto y del intercambio de informaciones y tecnologías.
Para Colombia, lo más importante será la cooperación en materia de desminado, seguridad electrónica y marítima, lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, protección de civiles y niños, y construcción de paz.
En entrevista a medios de información colombianos, el ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, quien acompaña a Santos, rechazó las preocupaciones manifestadas por Cuba y Venezuela respecto a la asociación de su país con la mayor alianza militar del mundo.
Villegas señaló que el acuerdo no contempla la instalación de bases o tropas extranjeras en el territorio colombiano, tampoco la intervención de la OTAN en operaciones en el país o la participación de Colombia en operaciones tácticas aliadas.
“Es simplemente una relación de cooperación que nos hará mejores en cuanto a la transparencia y el funcionamiento de nuestras fuerzas armadas”, afirmó.