Buenos deseos y muchas advertencias para el nuevo primer ministro de Irak

La ratificación esta madrugada en el Parlamento de Mustafa al Kazemi como primer ministro de Irak ha sido recibida con buenos deseos y no pocas advertencias por parte de actores internacionales y locales, que resaltan la ardua tarea que aguarda al gobernante.

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Estados Unidos, la ONU y otros actores internacionales han recibido con felicitaciones el nombramiento de Al Kazemi, que pone fin a cinco meses de Gobierno en funciones de Adel Abdelmahdi, quien dimitió el 29 de noviembre en medio de las protestas y desordenes que han costado la vida a más de medio millar de personas.

TAREAS Y RETOS

La representante especial de Naciones Unidas en Irak, Jeanine Hennis-Plasschaert, celebró hoy que Irak por fin tenga Gobierno, pero urgió a los partidos políticos a que permitan la formación del gabinete con todos los ministros para que pueda hacer frente a los "crecientes retos".

El Parlamento unicameral iraquí dio anoche el visto bueno a 15 de los ministros propuestos, incluidos los de Interior y Defensa, pero rechazó a cuatro, y la aprobación de los responsables de Petróleo y Exteriores fue pospuesta.

Por ello, Hennis-Plasschaert pidió que se complete el Ejecutivo para que "la nueva Administración pueda actuar rápidamente para hacer frente a los crecientes retos de seguridad, sociales, políticos, económicos y sanitarios", según un comunicado.

También el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, le recordó a Al Kazemi el "trabajo duro urgente" que tiene por delante en una llamada telefónica para felicitarle por su nombramiento.

Así lo indicó la Secretaría de Estado estadounidense en un comunicado, en el que señaló que Pompeo conversó sobre las reformas, la situación sanitaria por la COVID-19 y la lucha contra la corrupción que debe afrontar Irak.

Pompeo le dio al menos una buena noticia a Al Kazemi: la prórroga de 120 días del permiso para poder seguir importando electricidad desde Irán a pesar de las sanciones contra ese país por parte de Washington.

La que no le dio una calurosa recepción fue la milicia Kata’ib Hizbulá, financiada por Irán y acusada por Washington de atacar y matar a miembros de servicio estadounidenses en Irak.

Esta milicia proiraní acusó al ahora primer ministro de “facilitar” información a EEUU tras el bombardeo selectivo que mató al comandante iraní Qasem Soleimaní el 3 de enero en Bagdad.

Hoy Kata’ib Hizbulá indicó que la aceptación de Al Kazemi como primer ministro "no lo excusa de continuar persiguiendo a aquellos que estuvieron involucrados en el asesinato de los líderes mártires y sus camaradas, cualquiera que sea su cargo, para descubrir la verdad".

Entre los diferentes partidos políticos las reacciones han sido prudentes y en algunos -los que no le apoyaron- poco entusiastas.

El parlamentario del bloque kurdo Futuro, Sarkawt Shams, indicó a Efe que Al Kazemi “no está a la altura de las circunstancias” porque su programa de gobierno no aporta soluciones a la crisis financiera ni a cómo resolver los problemas de déficit del país.

Además, tendrá que lidiar con los manifestantes de las protestas que sacuden el país desde principios de octubre de 2019, en las que han muerto más de medio millar de peronas y decenas de miles han resultado heridas.

En su programa de Gobierno, Al Kazemi prometió diálogo con los manifestantes y satisfacer dos de sus demandas principales: llevar ante la Justicia a los responsables de muertes en las protestas y elecciones anticipadas en un periodo máximo de un año.

UN PRIMER MINISTRO ENTRE DOS AGUAS

Exjefe de los servicios de inteligencia de Irak, el ahora primer ministro vivió durante años en Estados Unidos y el Reino Unido, un factor que le ayudó a estrechar relaciones con países occidentales, al mismo tiempo que mantiene una postura cordial con Teherán, que desde el primer momento dio el visto bueno a su nombramiento.

Sin embargo, algunos de los sectores más próximos a los Guardianes de la Revolución de Irán han dado la espalda a Al Kazemi por considerarlo demasiado afín a las políticas estadounidenses.

Al contrario que con los partidos proiraníes, el diputado Shams augura que Al Kazemi “manejará con éxito los asuntos de seguridad y la relación con Estados Unidos”, aunque debe hacer frente a la retirada de las tropas norteamericanas del país a petición del Parlamento tras la muerte de Soleimaní.

La coalición internacional que lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico se ha retirado de al menos seis bases iraquíes, en un momento en el que el grupo yihadista está intensificando sus ataques aprovechando la crisis sanitaria y la parálisis política.