Temer, quien dictará su tercer y último discurso como presidente de Brasil, país que abre tradicionalmente esta cita anual en Nueva York, reiterará la necesidad de la inclusión de naciones emergentes entre el privilegiado club de miembros permanentes del Consejo de Seguridad, compuesto por Rusia, Reino Unido, Francia, Estados Unidos y China.
Brasil es, junto a Japón, Alemania e India, uno de los cuatro países que aspiran a devenir miembros permanentes del Consejo, aduciendo que representan a parcelas importantes de la economía y la población mundial.
Asimismo, Temer, quien siempre evocó la responsabilidad de combatir el cambio climático y el libre comercio en sus intervenciones, hará énfasis en la salud de la democracia brasileña.
El discurso se producirá en vísperas de que el país afronte una de sus elecciones más polarizadas, con un exmilitar de extrema derecha (Jair Bolsonaro) y un intelectual de extrema izquierda (Fernando Haddad) como grandes favoritos.
Temer, que llegó al poder en mayo de 2016 tras un controvertido juicio político que destituyó a Dilma Rousseff, realizará su último discurso en el organismo de la ONU, pues el 1 de enero asumirá el nuevo presidente.
Asimismo, el mandatario evocará la necesidad de acoger refugiados y la postura contraria de Brasil de cerrar fronteras, en particular en referencia a la crisis en Venezuela, que generó un flujo de decenas de miles de emigrados por todo el continente.
Pese a las tensiones en el estado fronterizo de Roraima, del lado brasileño del confín con Venezuela, el Ejecutivo de Temer rechazó cerrar la puerta de entrada a un número que se estima entre 600 y 800 inmigrantes venezolanos diarios.