"Creemos que con la tasa de intereses más baja aquí en Brasil no existe más la atracción de capital especulativo y de arbitraje", como se entiende la compraventa de moneda extranjera en otros países para lucrar a corto plazo, señaló Mantega a periodistas en Brasilia.
El ministro señaló que la captación de recursos en el exterior "será para capital de giro e inversiones de las empresas y nosotros (desde el Gobierno) estamos facilitando eso".
Con la nueva norma, sólo serán tributadas con el Impuesto sobre Operaciones Financieras (IOF), equivalente al 6 por ciento, los contratos de préstamos con un plazo inferior a 360 días.
En marzo, para contener la fuerte apreciación del real frente al dólar, el Gobierno retomó el IOF para créditos contratados en el exterior con vencimiento pactado a cinco años, pero en junio redujo la medida para los préstamos inferiores a 720 días de plazo.
Mantega descartó que la medida sea una consecuencia de la reciente depreciación de la moneda brasileña frente a la estadounidense, que condujo al Banco Central a tomar iniciativas para facilitar la entrada de dólares al país.
"La medida (sobre el IOF) es para facilitar la vida de las empresas y de los bancos en un momento en el que disminuye el arbitraje (cambiario), pues antes la gente traía recursos a Brasil sólo para aplicar y ganar con los intereses y ahora los traerá para aplicaciones productivas", explicó.
Mantega reafirmó que "el cambio es flotante y no tiene un límite", pero subrayó que como la tasa cambiaria está más equilibrada hay menos volatilidad y con eso se reducirá la necesidad de intervenciones del Gobierno.