La brutalidad con que se enfrentaron hinchas de Atlético Paranaense y Vasco da Gama en la última fecha del Brasileirao fue condenada y repudiada por todos: la presidenta Dilma Rousseff, el ministro de Deportes, Aldo Rebelo; el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), José María Marim, clubes, jugadores, prensa y opinión pública.
Las imágenes que recorrieron el mundo avergonzando al "país del fútbol", como lo calificó Rousseff, son irrefutables: un estadio Arena Joinville sin policías, sólo algunos guardias de seguridad de una empresa particular, dos hinchas exaltadas separadas por pequeñas vallas y cuerdas, un gol que arreció los ánimos, y una batalla campal con tintes de saña absurda.
El saldo: cuatro heridos, dos de los cuales siguen internados, y tres detenidos, todos acusados de intento de homicidio, asociación para delinquir e incitación a la violencia, según informó el comisario Dirceu Silveira.
Según medios de prensa, uno de los detenidos, al que se pudo ver agrediendo a un rival que estaba tirado en el piso inconsciente con una madera con un clavo en la punta, tiene antecedentes por homicidio.
Y varias preguntas que no quieren callar: ¿Cómo se explica que en partido "de vida o muerte" para los contrincantes, puesto que los cariocas peleaban contra el descenso y los paranaenses por un cupo en la Copa Libertadores, se jugara sin patrullaje policial?
Y más: ¿Cómo se explica que no hubiera policías en un choque que fue jugado en el Arena Joinville y no en el estadio del Paranaense, el locatario, debido, precisamente, a que el club estaba sancionado por disturbios protagonizados por su hinchada fechas atrás, en un choque ante Corinthians?
¿Cómo puede ser que las autoridades -de los clubes, policiales, de la CBF, del gobierno- no hayan previsto la posibilidad de que hubieran disturbios, algo que sí previó una de las "hinchadas organizadas" de Paranaense, que no llevó al partido ni a mujeres ni a menores debido "a las grandes posibilidades de que se registraran enfrentamientos", tal como dejaron plasmado en su página web?
El día de hoy fue dedicado a buscar respuestas a estas preguntas, sin resultado hasta el momento, y también a buscar responsables.
Para el Ministerio Público, el único responsable es el Paranaense, que jugó como local y por tanto organizó el evento.
"La responsabilidad es de quien organiza el evento", aseveró el fiscal del Ministerio Público de Santa Catarina Francisco de Paula Fernandes Neto, quien negó que la entidad haya interpuesto una Acción Pública con el objetivo de impedir que la policía actúe dentro de los estadios.
Según Fernandes, hay una propuesta en ese sentido, pero está en análisis, y, por tanto, no está vigente.
No obstante, el comandante de la Policía Militarizada de Santa Catarina, Nazareno Marcineiro, dijo que tuvo acceso a la Acción Pública, en cuyo texto se considera "ilegal" el empleo de policías para que integren "la barrera que divide a los hinchas". Agregó que no puso a sus hombres dentro del estadio porque de hacerlo estaría sujeto a responder en lo penal y en lo civil.
Paranaense, a su turno, expresó que colaborará para identificar a los hinchas involucrados en los incidentes pero no comentó las declaraciones de la policía ni del fiscal.
Paralelamente, el director de la empresa de seguridad contratada por el club, Arílson Alves, dijo que advirtió al club que los 60 hombres que fueron solicitados para cuidar de la seguridad del evento eran insuficientes.
A última hora de hoy, el procurador general de la República, Rodrigo Janot, dijo que convocará a los Ministerios Públicos de cada estado para crear una línea de acción coordinada para combatir la violencia en los estadios, y calificó los hechos ocurridos durante el choque, que ganó Paranaense por 5-1, lo que llevó al descenso del Vasco y le garantizó un cupo en la próxima Libertadores, son "inaceptables".
"Se tomarán varias acciones. Podemos proponer actuación en conjunto con el Poder Judicial, para que se creen juzgados provinciales, como ya existe en algunos estados", expresó, dando lugar a la pregunta de por qué ese tipo de acciones no se realizaron antes.
Por su parte, Rousseff propuso la creación de comisarías del hincha, y exigió la prisión de los involucrados, al igual que el ministro de Deportes.
La FIFA, que también lamentó los hechos, dio un voto de confianza al modelo de seguridad, puesto que, afirmó, es el mismo usado en la Copa Confederaciones y en otros Mundiales.
"La seguridad de los aficionados, jugadores y todos los demás participantes en el torneo está asegurada", expresó el organismo rector.