Los militares instalaron hoy las tiendas de campaña en Lipa, localidad cercana a la frontera con Croacia, donde un incendio el pasado día 23 destruyó unas instalaciones provisionales de acogida, criticadas también por sus deficiencias.
El intento de las autoridades de trasladar a esos migrantes a la cercana localidad de Bira, fracasó por las protestas de los vecinos y el rechazo de las autoridades locales.
De la misma forma se bloqueó el intento de alojarlos en un cuartel militar abandonado en Konjic, en el sudeste del país.
Una veintena de autobuses que tenían que evacuarlos, y que esperaron en la zona durante dos días, se fueron el miércoles y los migrantes volvieron a dormir al raso o entre ruinas sin ningún tipo de calefacción.
ACNUR y la OIM criticaron ayer la situación de abandono de estas personas, que pasaron la Nochevieja de nuevo al raso con temperaturas bajo cero, y pidieron a las autoridades bosnias que actuasen porque las vidas de los migrantes corrían peligro.
Se estima que unos 8,000 inmigrantes que entraron de forma ilegal en Bosnia y quieren llegar a Croacia y luego a otros países ricos de la Unión Europea, se encuentran actualmente en Bosnia-Herzegovina.
Alrededor de unos tres mil están en diversas localidades cerca de la frontera con Croacia, a cielo abierto o en instalaciones devastadas, con la esperanza de cruzar la frontera y entrar en la Unión Europea.