"Es una buena iniciativa. Todo se puede resolver mediante el diálogo y la buena voluntad. Pero para tener un diálogo la gente tiene que tener la oportunidad de discutir y creo que es una muy buena noticia que el ministro turco pueda unirse a nosotros durante esta reunión", dijo Borrell a su llegada a la reunión que se celebra en Bruselas.
Y añadió: "Es importante que Turquía entienda el papel de la Unión Europea con respecto a la posición de un Estado miembro, Chipre, que tiene una relación difícil con Turquía, pero creemos que la mejor manera de intentar resolver esta situación es mediante el diálogo".
Se trata de la primera vez en cinco años que la UE invita al titular turco de Exteriores a este tipo de reuniones, teniendo en cuenta las tensiones causadas por las perforaciones turcas en busca de gas natural en el Mediterráneo oriental, en zonas que Grecia y Chipre, que las consideran parte de su zona económica exclusiva.
El jefe de la diplomacia europea agradeció "a todos los que permitieron tomar esta decisión e invitar al ministro turco, que tendrá reuniones bilaterales con algunos de los ministros" de la UE.
Borrell mostró su esperanza en que estás conversaciones, en un almuerzo de trabajo y en reuniones bilaterales, sea "importantes y positivas para tratar los problemas que tenemos la Unión Europea y algunos Estados miembros con respecto a Turquía".
Por su parte, el ministro de Exteriores de Chipre, Constantinos Kombos, mostró a su llegada al Consejo su esperanza en que pueda llevarse a cabo "un debate franco y abierto sobre los temas en los que no estamos de acuerdo y sobre el camino a seguir", que ha sido "determinado al más alto nivel político".
"Hay un marco claro y trabajaremos con él en mente para que tengamos pasos constructivos y una agenda positiva, siempre que se hayan tomado las decisiones correctas también desde la otra parte", señaló Kombos, quien rehusó hacer predicciones y llamó a ser "moderados" en el enfoque y también en las "expectativas".
En su opinión, los Veintisiete tienen hoy una "oportunidad excelente" para enviar el mensaje "unificado" de la Unión Europea a Turquía, cuya relación con el bloque tiene "potencial" pero no puede estar desvinculada de la cuestión chipriota.
Turquía participaba en estos encuentros desde 2002, pero dejó de recibir invitación en 2019, a raíz de las tensiones causadas por las perforaciones turcas en busca de gas natural en el Mediterráneo oriental, en zonas que Grecia y Chipre, ambos miembros de la UE, consideran parte de su zona económica exclusiva.
Ante la negativa de Ankara de retirar sus buques de la zona, la UE decidió cancelar las reuniones políticas de alto nivel y reducir los fondos destinados al país como Estado candidato a entrar en la UE.
Turquía es desde 1999 candidato a convertirse en miembro de la Unión Europea y en 2005 inició las negociaciones de adhesión, pero estas llegaron a paralizarse en 2018, en parte por lo que la UE consideraba un rumbo autoritario del Gobierno turco y en parte por el conflicto de Chipre.