La reunión de las delegaciones de ambas partes, encabezadas por el primer ministro serbio, Ivica Dacic, y su homólogo kosovar, Hashim Thaci, bajo el auspicio de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, es la octava ronda de las negociaciones iniciadas en octubre de 2012.
Se espera así la continuación de la maratoniana y fracasada ronda del pasado 20 de marzo, en la que las autoridades serbias rechazaron la oferta de la UE porque, según dijeron, "todo estaba en conformidad sólo con las leyes kosovares", pero consideran que hay señales de que algo podría cambiar en esta octava ronda.
Serbia insiste en su disposición a aceptar soluciones difíciles en aras de "llegar un día a un acuerdo histórico" con los albanokosovares, según ha declarado el viceprimer ministro serbio, Aleksandar Vucic.
"Haremos compromisos porque eso es importante para el futuro de Serbia, pero pedimos a la UE, EU y a toda la comunidad internacional que demuestren que no quieren la humillación de Serbia", dijo Vucic, según muchos la figura política central en el país.
El principal escollo son las competencias de una futura asociación de los municipios serbios del norte, donde son mayoría y no reconocen la autoridad de Pristina.
Serbia no acepta que esa autonomía sea meramente informal, quiere dotarla de poderes ejecutivos con un autogobierno que incluya el control de la Policía y de la Justicia, algo que Pristina hasta ahora ha rechazado.
El consejero del presidente serbio Marko Djuric ha advertido de que "después de las negociaciones del día 2 (de abril) en Bruselas, sea cual sea el resultado, Serbia se enfrentará con graves consecuencias".
Los progresos sostenibles y evidentes en el diálogo para la normalización de las relaciones con Kosovo son un requisito exigido por la UE para permitir el acercamiento de Serbia, que aspira a obtener en junio la fecha de inicio de negociaciones de adhesión con los Veintisiete.
La Comisión Europea debería analizar a mediados de abril los avances de Serbia en la vía hacia la UE.
Por otro lado, el pasado sábado, en el sector meridional sur de la norteña ciudad kosovar de Mitrovica, miles de albaneses se manifestaron contra este diálogo y para advertir de que cualquier acuerdo del Gobierno kosovar con Belgrado supondría una traición.
Serbia no reconoce la independencia de Kosovo, autoproclamada por la mayoría albanokosovar en febrero de 2008.
En las rondas del diálogo, desde octubre pasado, Dacic y Thaci mantienen encuentros periódicos en Bruselas para tratar de resolver los principales puntos de discordia entre Serbia y su exprovincia.
El año pasado, las dos partes cerraron varios acuerdos sobre asuntos prácticos para mejorar su relación, como el reconocimiento de títulos educativos, una gestión común de los pasos fronterizos del norte o la participación de Kosovo en foros regionales.