Cientos de personas se refugiaron en el recinto del palacio presidencial, una medida excepcional decidida por la presidenta Gloria Arroyo.
"Los evacuados serán instalados en las partes disponibles de los edificios del palacio Malacanang y en tiendas de campaña", declaró Arroyo, citada por la prensa de su país.
"Si es necesario, los funcionarios abandonarán sus puestos de trabajo para disponer de más espacio", agregó la fuente.
Según cifras oficiales, 1.87 millones de personas se han visto afectadas por las peores lluvias torrenciales en Filipinas en los últimos 40 años.
El gobierno filipino admitió la víspera que los daños por la catástrofe sobrepasaron las capacidades de los equipos de emergencia y pidió ayuda internacional.
En ese marco el Banco de Desarrollo Asiático (BDA) ofreció este martes el apoyo de su Fondo de Respuesta para Desastres en Asia Pacífico, que da ayuda rápida en este caso de situaciones, dijo su presidente Haruhiko Kuroda.
En tanto, el norte del país se prepara para un nuevo temporal que podría hacer aumentar la cifra de medio millón de desplazados y 50 millones en pérdidas por Katsana.
El tifón llegó el sábado a la capital filipina, Manila, y los alrededores, con vientos superiores a 100 kilómetros por hora y lluvias superiores a las registradas desde 1967.
Katsana avanza hacia el sur de China y Vietnam, donde las autoridades empezaron a tomar medidas, como la evacuación de 167 mil personas, mientras Vietnam Airlines suspendió decenas de vuelos en la región central del país.